Algunas veces me han preguntado por Ibrahim S. Lerak. Alguien de quien cito con cierta frecuencia su "Cuaderno de Notas". Maestro y "padre de muchos", como indica su nombre, dejó un legado corto pero profundo. En el blog se citan varias historias de su "Cuaderno de Notas" y muchas anotaciones sueltas.
Para quienes quieren conocerle más he reunido aquí algunas de las citas que he tomado de su Cuaderno y alguna otra obra. No hay orden en ellas, como no lo hay en las páginas del cuaderno en las que las anotaciones hasta se superponen a veces.
El miedo
es un agorero que se alimenta de confianza.
Volver
al pasado nos defraudará. Siempre se recuerda más suave y más bello.
La
muerte y el destino no son solo preguntas sin respuesta, sino también una
obsesión de todos y cada uno de nosotros que nos acompañan toda la vida aunque
no lo reconozcamos.
Una
sociedad enferma de egoísmo o se cura con educación desde la infancia o
se convierte en una lucha de clanes sin sobrevivientes.
Hay tres
enfermedades terminales: ingratitud, soberbia y envidia. Cuando te infectan
acaban contigo.
Nos conviene que la historia sea
ambigua para explotarla cada uno a su modo; si fuera unívoca no tendría
capacidad educativa.
Nos
tememos cuando no sabemos lo que se esconde dentro de nosotros. Ese temor nos
hace vulnerables a nosotros mismos. Una preocupación que hace que los granos de
arena se vean como montañas.
La
distancia solo existe en la mente si hay voluntad.
Si siempre haces lo mismo, serás más rápido, pero no mejor, ganarás tiempo, pero no sabiduría.
30
monedas de plata se pagaban por matar accidentalmente a un esclavo. Una
nimiedad. Por ese precio solo se traiciona por odio extremo o por amor.
Las
mentiras con dolo son las únicas mentiras, las demás son simplemente buena
educación.
La
regeneración anímica mana de la fuente de la eterna juventud. No es fácil
encontrar la fuente que está en nosotros aunque no sepamos verla. Quien es
capaz de beber de ella no solo es joven sino que se comprende a sí mismo y se
convierte en benefactor de los demás.
La
esperanza no distingue clases sociales, pero en algunas vive más confortable.
Para ser
genio has de tener un gramo de locura, para aceptar los dones de un genio es
necesario tener un kg de locura o una visión clara de la vida.
Morir bien,
como vivir bien son solo deseos si no se trabaja para ello y aun así ninguno
depende realmente de nosotros.
Puedo
hablar conmigo mismo, incluso hacer teatro, pero estando solo no puedo consolar
realmente mi alma.
La
libertad es una responsabilidad, no solo un derecho.
Solo
conozco un tipo de refugiado: el del hambre.
Revisitar
ideas es como releer un libro. Encuentras cosas que habías pasado por alto,
otras aparecen como si las líneas hubieran sido escritas especialmente para
esta lectura y algunas se ven amarillas y enmohecidas.
La
tradición mantiene unida a la sociedad; si vas en contra de ella hazlo con la
seguridad de que portas un valor positivo nuevo que puede sustituir al antiguo
y que amplía límites sin romper las estructuras demasiado rápido.
No se
suele cambiar de vida sin un empujón emocional, la razón es conservadora.
Nada hay
tan dudoso como el concepto de bien universal.
El
problema no es el acceso a la información, sino la importancia que le damos o
nos transmiten de esa información.
Siempre
hay un techo de cristal que hay que atravesar.
Cuando
no hay razones para quedarse hay que buscar raíces para volver si quieres
seguir siendo tú y no un implante marrano.
Los
vendedores de humo no razonan, mueven emociones.
No basta
ordenar, hay que saber tirar y renovar.
Vivimos
la vida de los demás para no pensar en la nuestra.
La
historia es un relato de los hechos, a veces imaginando sus causas pero nunca
explicando los pensamientos que había detrás de las acciones.
Creamos
a los héroes para parecernos a los dioses y pretender que el destino se puede
torcer; pero olvidamos que ser héroe implica un fin generalmente violento.
Cuando
te sientas culpable analiza si realmente lo eres, si lo eres aprende a pensar antes
y si no lo eres, aprende a creer en ti.
Si la
justicia es igual para todos, no es justicia.
Puede
que realmente seamos dioses, pero sin escuela. Necesitamos aprender.
La estupidez funcional se instala
al pensar en el corto plazo solo; al banalizar los problemas en aras de la
inmediatez de la solución. Su resultado es la destrucción. Se encuentra en todas partes
sin excepción.
La
historia no juzga: condena o ensalza en función de los libros que sobreviven.
No excita más un "lo
conseguí" que el "voy a intentarlo".
No hay
peor delito que el traicionar la confianza.
El poder
nos ciega y nos hace creer omnipotentes; cuando llega el último día es
demasiado tarde para rectificar.
Conocerse
a sí mismo implica un camino de perfeccionamiento, de hacerse mejor y adquirir
conocimiento sobre la propia naturaleza y limitaciones, pues no podemos
desarrollar nuestra naturaleza si no sabemos cuál es.
Creen
algunos que seguir la novedad es símbolo de juventud, cuando en realidad la
novedad debe sentirse y no seguirse.
No debe
la emoción rebasar a la razón sino coexistir en delicado equilibrio con ella.
No puedo
evitar que exista el tiempo, pero sí puedo decidir en que lo ocupo.
La actitud
no es como el maná, no cae del cielo ni es innata. Se aprende y se practica
antes de convertirse en hábito.
Si las
sociedades tienen diferentes valores, el concepto de felicidad es diferente
para cada una de ellas y si las personas son diferentes, tanto la felicidad
como el camino para lograrla es diferente para cada una de ellas.
Sin
deseo no hay placer.