miércoles, 28 de septiembre de 2016

¿Se crea la esperanza?


Sello intacto de la tumba de Tutankamón en 1922 (3245 años sin tocar)


La esperanza es lo último que se pierde.
(Proverbio español y casi paneuropeo)

La esperanza no distingue clases sociales, pero en algunas vive más confortable.
(Cuaderno de Notas, Ibrahim S. Lerak)


Me invitó S.M. a la bolera del castillo. No puede permitirse S.M. ciertos placeres como salir y jugar en la ciudad. Debe mantener la dignidad y no ser fotografiado en posiciones o con muecas tipo Mr Bean; no le hace un favor, solo perjudica a su imagen; por ello tenemos cine y algunas salas de juegos en palacio. También es cierto que salir del protocolo humaniza y acerca las almas. Permite compartir emociones, que es lo que mueve a las personas. Algo tan viejo como el respirar pero que hemos tardado 3.000 años en redescubrir. Las llamadas de S.M. siempre tienen una causa: quiere saber algo; a veces, visto lo que pasa en la corte, se por dónde irá la pregunta. Esta vez no tenía yo idea del tema, aunque no me equivoqué. Ya en la segunda tirada me preguntó si la esperanza se podía crear. Había observado S.M. el bajo nivel de fe en el futuro que compartían los súbditos.

Aproveché su momento de espera de la respuesta para realizar un par de strikes (y digo strikes, porque si digo chuzas o moñonas nadie me entendería) antes de contestarle.

Majestad, la esperanza se puede crear, pero hay 4 condiciones para ello:
.- hay que establecer el objetivo
.- hay que decir siempre la verdad de dónde estamos para alcanzarlo
.- hay que explicar lo que se hace para corregir o proseguir el camino
.- hay que ser honesto y no buscar culpables externos por mucho que éstos hayan influido en no llegar a donde queríamos.

Su mirada de sorpresa me indujo a explicar mejor las condiciones, no sin cierta sorna que me permite mi calidad de albardán.

Sin objetivo no hay rumbo ni interés. Todo vale, cualquier camino es bueno y cualquier acción sirve. Al fin y al cabo no yendo a ninguna parte siempre se llega. El problema es que eso no es vivir, es hacer de espectador de la propia vida. Todo nos llena un momento y todo nos desmotiva al instante siguiente. Hasta las plantas tienen mejor vida.

Cuando se miente sea a los demás o a uno mismo acerca de donde estamos para llegar a la meta creamos serias frustraciones. Nada peor que comparar la realidad con lo que decimos o se nos dice. Aparecen la tristeza, la desconfianza, la ira contenida y las ganas de abandonar. Sabiéndonos engañados la primera reacción es el pasotismo, la segunda el vivir el instante a costa de lo que sea. La consecuencia es la desconsideración y el individualismo a ultranza. Ni la sociedad ni el individuo pueden avanzar así.

Cuando se camina puede no mirarse atrás pero siempre hay que mirar hacia adelante. Conviene parar y calcular lo que nos falta. Si no vamos solos hay que explicar las razones del desvío si lo hay y como se retoma la buena senda, ésa que ni es fácil ni placentera. Si vamos solos también hay que explicárselo a nuestro YO profundo, no olvidemos que es él quien nos guía y motiva.

Y hay que ser honesto con uno mismo y con los demás. Asumir errores. No hay causas externas que disculpen o eximan la responsabilidad. Cuando en un juicio hay una parte que gana, la que pierde no ha actuado bien, de haberlo hecho habría ganado. Así de sencillo y así de difícil. No hay peor juez que nosotros mismos cuando somos profundamente sinceros delante del espejo.

Majestad, esto vale para todos, para la sociedad y para la persona, es simple el camino, pero hace subida y es pedregoso. Cada uno debe prepararse para ello. Un objetivo no se establece a la ligera.

-- ¿No es necesario creer en ello antes? me preguntó S.M.
-- No, Majestad. Basta el deseo inicial, profundo, no el de esperar que el cielo se abra y nos caiga el dinero en el jardín. Deseo real. Creer, se puede creer antes, la fe son las alas del calzado, pero también se empieza a creer cuando nos vemos en el buen camino. Y a su vez esto refuerza el deseo.

Me distraje con tanta charla y S.M. lo aprovechó bien. Me ganó la partida de bolos. Aún así creo que gané yo, tuve su atención y, creo, tendremos todos su reacción. 


3 comentarios:

  1. Y si se pierde, poco queda...

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  2. Es difícil perder la esperanza, pero si se pierde de verdad hay que luchar contra las decisiones incontroladas, las temeridades y, sin duda, hay que buscar nuevos sueños a cumplir.

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  3. No puedes conseguir siempre todo lo que deseas
    Pero si lo intentas, a veces encontrarás
    Que tienes lo que necesitas
    (You can’t always get what you want, The Rolling Stones, 1969)

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