martes, 4 de octubre de 2016

Serie Fascículos: Ciencia: 3.- ¿Ficción?



Había entre los fariseos un dirigente de los judíos llamado Nicodemo. Éste fue de noche a visitar a Jesús.
—Rabí, sabemos que eres un maestro que ha venido de parte de Dios, porque nadie podría hacer las señales que tú haces si Dios no estuviera con él.
 —De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios —dijo Jesús.
 —¿Cómo puede uno nacer de nuevo siendo ya viejo? —preguntó Nicodemo—. ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y volver a nacer?
 —Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios —respondió Jesús
— Lo que nace del cuerpo es cuerpo; lo que nace del Espíritu es espíritu. No te sorprendas de que te haya dicho: “Tienen que nacer de nuevo.”
(Juan 3:3)

La regeneración anímica mana de la fuente de la eterna juventud. No es fácil encontrar la fuente porque está en nosotros aunque no sepamos verla. Quien es capaz de beber de ella no solo es joven sino que se comprende a si mismo y se convierte en benefactor de los demás.
(Ibrahim, S. Lerak, Cuaderno de Notas,)


Mientras paseaba se acercaron dos monstruos colosales, mucho mayores que él. Cientos de veces mayores. Los había observado antes y los evitaba. El sentido del peligro ante lo desconocido le llevaba a esconderse pero esta vez estaba lejos del agua y en tierra se movía con torpeza.  No supo como, pero en un momento se sitió atrapado en algo que le impedía avanzar a pesar de ver el terreno. Se desvaneció del susto.

Cuando se despertó estaba tumbado en la mesa de operaciones. Intentó moverse, romper las cuerdas que le ataban. Imposible.  Temblaba y con razón.  Uno de esos seres se acercó e hizo algo que le causó un gran dolor. Le habían amputado la cola y las patas. Esa cola larga y aplanada por los lados que le servía para nadar y que era gran parte de sus 12 cm de largo. Transido de dolor perdió otra vez el conocimiento cuando le traspasaron un ojo. No se dio cuenta cuando le cortaron 4/5 partes del otro ojo, ni del resto de experimentos atroces que hicieron con él.

Luego le dejaron tranquilo mucho tiempo. Meses. A los tres meses había recompuesto 687 huesos; a los 4 el ojo perforado, a los 10 meses el otro ojo. Le había costado tiempo, esfuerzo pero tuvo tranquilidad para hacerlo. No contaba con que al poco tiempo de haberse rehecho le congelarían. Notar la cresta del lomo pesada como una piedra tampoco fue una buena experiencia, pero nada comparado con lo anterior.  Perdió, una vez más, la consciencia. No supo nunca que estuvo muchos años congelado. Tampoco supo que la pérdida de consciencia que vino 24 horas más tarde sería la última, la letal.

¿Ciencia ficción? No. Ciencia. Este experimento es del s XVIII. Los torturadores del tritón (pues de un tritón se trata) fueron los naturalistas Lazzaro Spallanzani, italiano y Johan Friedrich Blumenbach, alemán. De hecho hicieron más que eso, injertaron patas y colas suplementarias en varios sitios e incluso ojos en el dorso. ¿Tortura? Ciencia, investigación desde el punto de vista humano.

Ya en el s.XVIII, de existir el instrumental apropiado, las células madre se podrían haber desarrollado estudiando la capacidad de reconstrucción propia del tritón. La reconstrucción propia, algo que el tritón es capaz de hacer físicamente. Ignoramos si psíquicamente. ¿Somos capaces nosotros "seres superiores" de hacerlo? Físicamente no. está claro. ¿Anímicamente? Parece que solo algunos y en algunos momentos.

El dolor suele destrozarnos hasta el punto de no dejarnos ver, entender ni tan solo comprender. Tendemos a los dos polos opuestos, al mar de lágrimas y la autocompasión o lo contrario al morir matando llenos de una falsa valentía que crea una coraza perjudicial a la larga. Nadie nos ha enseñado a hacer como el tritón, tomar tiempo, curar las heridas, reconstruir el tejido dañado y estar listo de nuevo para seguir viviendo aunque quizás al poco volvamos a caer. Algo tan importante en la persona, en la sociedad, en las relaciones humanas carece de enseñanza y no porque no se sepa como hacerlo. Somos rehenes de nuestro dolor que acrecentamos en muchos casos para (inconscientemente) atraer la compasión y con ello las muestras de afecto de los demás. Ser comprendido, acariciado anímicamente (y físicamente) es un placer al que nos abandonamos plácidamente. Poco importa que la actitud sea la del vencido por el dolor como la del admirado por la reacción. Ambas generan elogios de un modo u otro. Esos elogios que son lo que buscamos como consuelo.

Dejamos al tiempo que sea la terapia sin intentar dentro de nosotros avanzar, tratar de curar las heridas, básicamente porque no sabemos como hacerlo. Lo malo se magnifica hasta que el tiempo lo entierra. En realidad hasta que nos cansamos de pensar en ello porque inconscientemente nos damos cuenta de que ya no atraemos la compasión de los demás. Entonces reaccionamos y volvemos a ser el tritón completo.

Ojalá en las nuevas escuelas se enseñe a comprenderse uno mismo y a los demás. Sin ello no regeneraremos la sociedad, solo pondremos parches que no aguantan más de unos días.





2 comentarios:

  1. También la hidra es un ejemplo de regeneración física. No la hija de Tifón y Equidna muerta a manos de Hércules. La pequeña, ese celentéreo que vive en aguas estancadas y no mide más de 6 mm. Si le arrancas la cabeza, ésta desarrolla un nuevo tronco, si la partes en dos, tienes dos y si en 8, tienes 8 hasta el punto de que si los trituras hasta tener una masa gelatinosa en determinadas circunstancias ( agua caliente, cubierta de agar, separados varios “trozos”) tendrás de nuevo tantas hidras como hayas machacado. Y si le das la vuelta como a un guante ella sola se restablece…
    Si puede regenerar el físico hemos de suponer que también su parte anímica sea la que sea. Todo es química, también el pensamiento y los sentires.

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  2. Así es Herminio. Gracias por el apunte. Posiblemente deberíamos gastar más en saber regenerar emociones en lugar de saber si más allá del bosón de Higgs hay más partículas. Tendríamos una humanidad pensante y posiblemente más global.

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