sábado, 13 de julio de 2013

....con filosofía



Ayer, en la cena de los narizones tuvimos un invitado, posible nuevo miembro del club, que decía no estar acomplejado por su nariz. "Érase un hombre a una nariz pegado" debió inspirarse en él a la vista de su gran derecho a ser miembro de honor del club. Decía ser descendiente del Papa León XIII y razones no le faltaban. Me chocó su respuesta a la pregunta obvia de cómo llevaba ser un narizón: "lo tomo con filosofía". Se refería sin duda a que se lo tomaba con calma y tranquilidad.

Ni que decir tiene que de inmediato se produjo una discusión sobre lo que es en realidad la filosofía. Que Antonio protestara y fuera el primero en saltar era normal. Su carrera de Filosofía y Letras le obligaba a darse por aludido  y negar que la filosofía fuera algo relacionado con la calma, paciencia y pasotismo. Juan nos sorprendió con su afirmación de que la filosofía es algo inventado por el hombre para alcanzar el poder; que en casa le apoden "papini" quizá no sea una casualidad. En síntesis la posición de Juan estaba clara:

El hombre siempre busca el poder, por cualquier medio y es su única meta real. Para ello actúa cambiando las cosas, sus acciones impulsan el cambio para que su poder se acreciente. Poder: el dominio del entorno total y los instrumentos impulsores del cambio: arte, religión, ciencia y filosofía. Ésa que no es calma ni tranquilidad. Las caras de sorpresa fueron dignas de un cuadro que hubiera pasado a la posteridad, así que no le quedó más remedio que explicarse.

Según Juan el arte es una acción del hombre para cambiar la visión de las cosas, focalizar en algo y cambiar la naturaleza para que se parezca a sus sueños. La religión sirve para ser feliz y por tanto dominar convencido de que existe una perfección y justicia a la que se tiende y que se persigue. Dominar en nombre de la religión es habitual en la historia. La ciencia, para Juan, es un mundo ficticio, en realidad una herramienta aseguradora de continuidad pero basada en supuestos arbitrarios y solo sirve para crear máquinas que a su vez aumentan la seguridad. Antonio aguzó el oído cuando llegó el turno a la filosofía. Ésta crea un mundo imaginario, espiritual; busca una ley única, estable, explicativa de todo, en definitiva .... el conocimiento. Y si el saber es poder está claro que podemos cambiar el mundo.

No nos quedó claro su razonamiento, algo cogido por los pelos, por lo que siguió su exposición. El arte educa, no es verdad que el individuo nazca teniendo sin más una visión de la naturaleza. El arte ayuda a ello y por tanto es elemento de transformación y por ende de creación. Un instrumento del poder. La ciencia está clara, es instrumento de modificación por antonomasia, sirve para cambiar el futuro aparte de asegurarlo. La religión da la respuesta de justicia que calma y apacienta. La filosofía muestra que el mundo ideal y el real son diferentes y crea mundos imaginarios para cambiar el real. Según los platónicos el mundo ideal engendra al real, éste solo es su reflejo; según los positivistas es al revés. El real da pie al ideal. Para Juan lo cierto es la sutil mezcla de ambas posiciones, el mundo ideal viene del real, pero lo potencia al revertir en él.

Protestó Antonio citando ejemplos de egregios filósofos, de las mónadas y de otros razonamientos... que nadie escuchó ya que la salsa estaba deliciosa y requería más atención que las disquisiciones sobre lo desconocido. Como Juan acabó antes siguió con un directo a Antonio. "La filosofía es inútil" fue el arma de derribo. Mil filósofos para contestar una pregunta, para hallar una ley y de momento sin respuesta. La filosofía solo es una reacción vital que aumenta el campo de la ciencia. Al pasar de lo general a lo universal, al buscar la ley que rige se pierde el sentido práctico y no sirve. Y si de hecho se encontrara esa ley única no nos volvería omnipotentes. La ley única, si existe, es única y no sirve. 

Siguió un debate acalorado en el que Antonio y Juan fueron los protagonistas lógicamente, aunque hubo muchas intervenciones. Ya cuando empezó el tema nos olimos que iba a ser una reunión que traería cola.

El bufón recuerda la chocarrería de querer emular a Dios. Lo que pasa es que el hombre no quiere permanecer estacionado como mero espectador. Tiene tal terror a la soledad y a la vacuidad de la existencia que ha de dominarla y para ello necesita crear ... y como Dios transformar la arcilla. Tiene razón Juan, las acciones del hombre van encaminadas al poder, su única meta real.




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