Una carrera llena de éxitos es algo maravilloso, pero no te puedes abrazar a ella de noche cuando tienes frío.
(Norma Jeane Mortenson alias Marilyn Monroe)
El éxito consiste en tener lo que se desea, la felicidad en disfrutar de lo que se tiene.
(Ralph Waldo Emerson)
La vida es un 10% lo que sucede y un 90% como reaccionamos.
(Charles R. Swindoll)
Querido nieto,
Dentro de unos días inicias una nueva vida. Te he preguntado por el regalo que te gustaría y me has dicho que nada, que ya te lo he hecho al cuidarte con amor y dedicación, que bastante tengo con cuidarme yo para seguir animándote y darte a escondidas los pasteles que en casa no te dejaban comer. Pero para eso estamos los abuelos, para deseducar y aguantar a los padres que nos riñen por ello. ¡Bah! Placeres de viejos, que se chinchen los padres.
Querido nieto,
Dentro de unos días inicias una nueva vida. Te he preguntado por el regalo que te gustaría y me has dicho que nada, que ya te lo he hecho al cuidarte con amor y dedicación, que bastante tengo con cuidarme yo para seguir animándote y darte a escondidas los pasteles que en casa no te dejaban comer. Pero para eso estamos los abuelos, para deseducar y aguantar a los padres que nos riñen por ello. ¡Bah! Placeres de viejos, que se chinchen los padres.
La verdad es que me gustaría regalarte algo de valor, pero la pensión no da para muchas alegrías aunque no me quejo; a mi edad las necesidades son pocas y las importantes no se suelen pagar con dinero. Algo encontraré para regalarte pero no me resisto a darte algo muy preciado para mi: mis desatinos. Mi estado y mi edad me hace notar que aunque todos los días van hacia la muerte últimamente parece que tienen más prisa, así que antes de que no te lo pueda decir lo hago ahora. La vida tiene sus ritmos y secretos, cierto, pero podemos aprender de los mayores. Eso de honrarás al padre y a la madre que comenta el Éxodo no es más que un modo de avisar a la juventud, es un aprended de los errores de los mayores y también de sus aciertos. La muerte no me asusta, ya lo hemos comentado varias veces, lo que me da pena es la tarea inacabada y la no cumplida.
Cuando miro atrás veo esas cosas que leí y que cayeron en saco roto. Lástima, lo malo no es leer, los libros son como las abejas, llevan el polen de sabiduría de mente en mente pero no todas las mentes están preparadas. Hay que tener dos cosas para entender: ganas y edad. Leer a Heidegger a los 14 aunque tengas ganas no sirve y leer a los 85 a Grimm cansa. Así que déjame que te dé unos consejos de vieja. Ya tienes la edad y el entendimiento. Créeme que si pudiera ir al pozo de los deseos son los elementos con los que, quizás, reconstruiría mi vida. Y digo quizás porque tampoco estoy segura de que no me dejara llevar por la emoción. Espero haber aprendido a ser menos impulsiva y menos obediente.
Me hubiera gustado ser más yo menos los otros; realizar mis sueños o al menos intentarlo y no llevar la vida que otros esperaban de mi. Si tienes claro lo que te hace feliz, ¡hazlo!, no te dejes influenciar por los demás aunque sean tus padres, jefes o la sociedad entera. Quizás vivas peor de lo que podrías vivir pero la realidad es que simplificar el estilo de vida es algo a considerar seriamente. No siempre se necesita todo el dinero ni todos los honores que nos seducen. Tiene una ventaja la vida más sencilla: se encuentra espacio y tiempo para vivir más felices y disfrutar con los amigos y la gente que nos importa. Cuando la salud y la juventud pasan, la amistad se muestra aún más valiosa.
Muchas veces nos sacrificamos por los demás (o nos convencemos de que lo hacemos) y cerramos los ojos a que nos duele seguir con el sacrificio cuando ya no es necesario. La costumbre nos ha modelado y no lo notamos o nos convencemos de que es mejor para nosotros. Tememos los cambios cuanto mayores nos hacemos.
Me hubiera gustado tener el valor de expresar mis sentimientos, de decir lo que pienso. Hay que entender que la confrontación es necesaria en la sociedad. La vida siempre apacible y sin discusión es falsa, es cómoda pero no es real. La mentira social es necesaria en muy pequeñas dosis. Ser uno mismo aceptando a los demás, aunque nos moleste, es el camino para vivir nuestra vida. Una vida más feliz, no olvides que la felicidad es una actitud ante la vida, no algo que nos venga de fuera o nos afecte por decisión divina.
Un modo de llegar a ese estado de conformidad con uno mismo es crear. Quien no sabe crear destruye y quien destruye es nocivo. Hay que soñar, realizar los sueños y notarse vivo, algo que no es estático, que es dinámico y que implica a los demás. Prueba, desarrolla, arrasa, para, sigue... pero muévete. Vive la vida. De modo sano y juicioso, pero vive, no dejes que sea ella quien te mueva a ti. En el siglo XIX decían que Dios había muerto, parece que en el XX y en el XXI sea el ser humano quien muere. No seas un robot social, piensa y manifiéstalo.
No podrás cambiar el comportamiento de la gente. Pero ¿es eso lo que hay que hacer? ¿No es mejor hacerles entender? Cambiar su escala de valores y sus creencias. Si consigues cambiar su modo de pensar, aunque sea un poco, la gente se comportará de modo diferente y pueden sorprenderte en positivo yendo más allá de lo que incluso harías tu.
Es posible que pierdas pronto a alguien muy querido. Has de saber que, como decía San Agustín, los muertos son invisibles, no ausentes. La ausencia duele. El problema no es el dolor. El dolor hace sufrir pero no te destruye. El problema es la soledad engendrada por el dolor. Es lo que te mata lentamente, lo que te aísla de los demás y del mundo. Notarás una vez más que la amistad es fundamental en la vida. Lo amigos no te dejarán que vistas la coraza del "yo puedo".
¿Qué más decirte? Poco más, no me gustaría que te des cuenta de lo que es vivir cuando ya se acaba el tiempo, por eso te lo vuelvo a decir, Antonio, no dejes que la vida te lleve. ¡Vive, sueña, sé y actúa! Pero no te olvides de compartir, amar y pensar en seguir mejorando tú y al entorno.
Se me ha hecho larga esta carta pero la vida es difícil de resumir y más para quien no tuvo instrucción salvo los reveses que el destino quiso imponerme. Por suerte no lo consiguió en todas las ocasiones.
Tu abuela, que te quiere