viernes, 30 de marzo de 2018

Trust



No hay peor delito que el traicionar la confianza. 
(Ibrahim S. Lerak, Cuaderno de notas)

Einmal ist keinmal, zweimal ist einmal zuviel.
(Proverbio alemán)

I will put my trust in Him.
(Hebrews 2:13)



The last session of the nosers' meeting was what we call a white session. There is no prefixed item for the speaker and his intervention deals about a topic that is chosen by the audience five minutes before. This time the selected item was trust. Up to the orator to decide how to develop the subject and provoke an interesting discussion after. 

-- Well there are many examples of what trust implies and many expressions that show that trust can be lost in one minute after years of building it. But in fact is all so, also life takes years and is lost in one second. But there are two general points that concern trust. The first is that there is no rule, no low that explains how to gain somebody's trust. What for Jack is a clear sign, for Peter is exactly the opposite. So, how is trust gained?, can we even think of something that shows the other that we are trustful? 

The second point is that unlike to other things trust can't be totally rebuilt. Many gurus explain that it is not so, that good behavior and patience bring trust back to the level it was. I'm afraid this is not so. Let me show it: (here the lecturer asked one of the persons of the audience to take a dish that was under the bottle of water on the table) "Please throw it strong on the floor." (the person did so) Now see, your action has broken the dish is several pieces. "Can you please say sorry to the dish?" (the person did so). Is the dish recreated by your saying sorry? No, you see it. Sorry is not a magical word. True, we can recompose the dish with patience and do it carefully and well... but we always will see and know it was broken. With the time we may forget how it was broken, but the dish will never be the same as before. 

But let me come back to the first point. How do we lose trust? Clear: doing something that the trustee considers negative, even if we do it with all our best willingness to please. This was the case of the right hand of Theodoric the Great. As most of the Goths was not catholic but Arian. One day his collaborator wanted to show him how much he was disposed to do for him and changed his religion from Roman Catholic to Arian. The reaction from Theodoric was not to be happy and say how nice, but to let him executed. The reason was simple he said: How can I trust somebody that betrays his god to please me? I can never be over his god, so, I can't expect his loyalty. And this is the point. We lose trust not for the actions we do but for the expectations the others have on us. Is quite different. And important.

If we really want to gain trust we have to do a couple of things. One is to be coherent to what we say we are, feel and want. If by any reason is there a change we must be not only able to explain it... but do it before we are questioned. The other is also easy in theory... we have to keep the same attitude to the others no matter what is changing in our personal life. Only who keeps the same thought in a party and in front of a firing battalion can be trusted

If the lost trust can't be rebuilt what is the use of sorry and forgiveness? Well , sorry expresses the personal apology of the actor. In itself doesn't change anything, shows only the will not to do it again if possible. Forgiveness ... is a completely different item. It won’t change the past but allows to continue and influence the future. Forgiveness consists in a voluntary change of the immediate reaction of destructing behaviors directed against who has caused the damage by other constructive one. 

Forgiveness is not a single act which is made in a given time, is an on-going process to be completed over time. Forgiveness is a task of several levels. The first: to stop destructive behaviors (as stop to seek revenge or justice, complain to everyone, consciously want evil to the perpetrator, pray that it happens something wrong to him, etc.). The second: to conduct positive actions towards it. Forgiveness, if there are positive responses by the forgiven, can also restore confidence in the aggressor. But confidence is not exactly trust and it takes long time, right? 


The speaker stopped here, letting us discuss about trust, confidence, sorry and forgiveness. Was --as usual-- a long discussion in which we all were confident that we would be forgiven for telling clearly our thoughts and that no trust was lost to anybody as expressing own ideas needs no sorry behind. 



jueves, 22 de marzo de 2018

Endiosamiento


El endiosamiento me parece un lugar muy incómodo. 
(Alejandro Sanz)

Así pues, tengamos a los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. Una cosa es creer a Dios y otra cosa es creer en los hombres; a veces la iglesia invierte más tiempo en estar exaltando la imagen de un hombre que al mismo Dios.
(I Corintios 4: 1-2)

El poder nos ciega y nos hace creer omnipotentes; cuando llega el último día es demasiado tarde para rectificar.
(Ibrahim S. Lerak, Cuaderno de notas)


Me llamó S.M. y me invitó a un largo paseo por los jardines reales. Iba S.M. taciturno y al preguntarle que le preocupaba me dijo que temía perder el sentido del deber real y ver solo una parte de la situación. En su entorno todo eran parabienes y pocas veces había una voz discordante que se mantuviera en el tiempo como para ser tenida en cuenta. Me preguntó como le veía yo. S.M. me permite siempre expresar mi opinión franca como buen albardán y por tanto descarado.  

-- Majestad, Vespasiano fue un hombre austero, de modesto origen que se reía de los aduladores que le inventaban una noble genealogía. Sin intención de ser considerado un dios  el Senado Romano le deificó muy a su pesar. Los políticos no dejaban de lisonjearle y alabarle, a lo que él contestaba: Me parece que poco a poco voy dejando de ser un hombre y me convierto en deidad

Poco a poco se van convirtiendo en deidad quienes se alejan de la realidad, sea queriendo o sea por su oficio. Sin un contacto periódico con el pueblo o con los colaboradores de a pie no se puede decidir cuáles son sus preocupaciones, ni inferirlas de unas estadísticas que siempre tienen algo de partidistas y que no son realmente significativas por cuanto las preocupaciones también se ponen de moda. Los medios de comunicación son grandes maestros en informar y en desinformar; su veracidad siempre es a medias y depende del interés que haya detrás. Tanto los eremitas que a los ojos de la población se convierten en santos como los gobernantes de pueblos y empresas hablan de unas visiones alejadas de la realidad. 

A fuerza de ver solo el futuro y de querer el bien general se actúa en contra de lo que verdaderamente importa. De poco sirve hablar de montar una industria de satélites a un pueblo que aún va en burro y diligencia. Hay un doble problema: por un lado quien no opina igual se ve como enemigo personal y por el otro se pierde la capacidad de disentir. Por eso la renovación de consejeros ha de ser obligatoria. Un buen método para mantener lejos a los aduladores  es no asegurar a nadie una estabilidad "por los servicios prestados" más allá de la que tiene cualquier ciudadano trabajador. No se ve la pobreza igual comiendo langosta que migas de pan aunque sea  cinco veces al día, ni son los intereses y preocupaciones los mismos. Todos hablan por boca de ganso, unos por ignorancia y otros por falta de conocimiento. El gobernante y el dirigente pueden tener mil ideas buenas pero han de tener a alguien al lado que filtre las solo realizables. Si no existe esa figura quien manda solo ve sus ideas. Churchill fue un líder incontestable en la conducción de la guerra y de la diplomacia, pero en más de una ocasión demostró ser un estratega deplorable con planes improvisados y proyectos irrealizables. 

No hay nadie capaz de decir con certeza lo que es. Nadie sabe a qué ha venido a este mundo, a qué corresponden sus acciones, sus sentimientos, sus pensamientos, quienes son sus prójimos más cercanos y por tanto no puede pretender ser alguien mejor que los demás y estar por encima de ellos. Aún así, el tiempo prolongado que permite imponer la voluntad modifica la esencia y poco a poco se va dejando de ser hombre par ser deidad, como decía Vespasiano.

Majestad, quien no está en contacto directo con el pueblo es como aquél gigante del sueño de Nabucodonosor. Tiene la cabeza de oro, torso de plata, caderas de bronce y pies de barro. Tanto peso y diferencia acaba con la estructura. No se aguanta lo que no soporta la base por muy de oro que sea la cabeza o iluminado el torso que se alimenta del cerebro y lo retroalimenta. 

Se fue S.M. sonriendo y cuando S.M. sonríe de esa manera es que habrá una nueva ley. ¿Se autolimitará el reinado como ya hiciera antes el papa con el pontificado? El tiempo lo dirá, aunque puede que empiece por el torso de plata.
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lunes, 12 de marzo de 2018

¿Conocerme? ¡Imposible!




¿Conocerme? No, gracias. No quiero hundirme en la desesperación.
(Anónimo)

Conocerse a sí mismo implica un camino de perfeccionamiento, de hacerse mejor y adquirir conocimiento sobre la propia naturaleza y limitaciones, pues no podemos desarrollar nuestra naturaleza si no sabemos cuál es.
(Ibrahim S. Lerak, Cuaderno de notas)

De las tareas más difíciles del hombre sobresalen la del conocerse, soportarse y colaborar con los demás.
(K., Notas dispersas)




En la reunión del círculo se había hablado ya hace unos años del famoso Nosce te ipsum, (en griego: γνῶθι σεαυτόν) conócete a ti mismo. Es un tema que suele resurgir en los encuentros y esta vez quisimos explicar, mejor dicho el ponente nos explicó, que es imposible conocerse a si mismo. 

Lo que podemos conocer está limitado por la capacidad de nuestro aparato cognoscitivo. Imaginamos el mundo a partir de nuestros sentidos. Todo nuestro conocimiento depende en primer lugar de ellos. No percibimos nada que no podamos oír, ver, sentir, degustar o palpar; no figurará en nuestro mundo nada a lo que no podamos acceder por la vía de nuestros sentidos. Incluso para podernos figurar las cosas más abstractas, estas se nos deben ofrecer por medio de símbolos que seamos capaces de ver o leer.

Para disponer de una visión del mundo objetiva, necesitaríamos un aparato sensorial que cubriera todo el espectro de las percepciones sensoriales posibles: los ojos del águila, el olfato de los osos (que les permite oler a kilómetros de distancia); el sistema sensorial de la línea lateral en los peces, las facultades sismográficas de las serpientes, etc. Pero lamentablemente  no disponemos de estas características. Nuestro mundo no es tal como lo vemos. Nos pasa como al pez que en el acuario le dice a su hijo «El mundo, hijo mío, es una enorme caja llena de agua».

La pregunta entonces parece que debería ser ¿cuál es el mundo real? Sin embargo, si vamos al origen del hombre, fue más importante contestar a ¿qué es lo mejor para mi supervivencia y progreso? Lo que no reportase nada a este fin tenía pocas posibilidades de desempeñar un papel importante en la vida y en la evolución. Y la teoría dice que para sobrevivir el hombre, la evolución ayudó creando un cerebro con distintas zonas.

Actualmente, se cree que el cerebro se divide en: tronco cerebral (o tronco encefálico), diencéfalo, cerebelo y cerebro propiamente dicho. El tronco encefálico constituye la mayor vía de comunicación entre el cerebro anterior, la médula espinal y los nervios periféricos y permite que las impresiones de los sentidos lleguen al cerebro. Controla varias funciones como la regulación del ritmo cardíaco, la respiración, el metabolismo y  también reflejos, tales como el pestañeo, la deglución y la tos.

El diencéfalo es una pequeña zona situada encima del tronco cerebral. Su papel principal es el de intermediario y supervisor emocional; percibe las impresiones de los sentidos y las transmite al cerebro. Este sistema formado por nervios y hormonas controla el sueño y la vigilia, nuestras sensaciones de dolor, la regulación de la temperatura corporal, pero también nuestros impulsos, por ejemplo nuestra conducta sexual.

El cerebelo tiene una influencia determinante en nuestra capacidad motriz y aprendizaje motor. Además del control de la motricidad, también está relacionado con ciertas funciones cognoscitivas, como el procesamiento del lenguaje, el comportamiento social y la memoria; todo ello, sin embargo, a un nivel inconsciente.

El cerebro propiamente dicho se encuentra encima de las otras tres zonas. Su tamaño es algo más del triple de las otras tres partes del cerebro juntas. Puede dividirse en muchas regiones, entre las cuales cabe distinguir las áreas sensoriales «más sencillas» y las áreas asociativas o «superiores». Todas las grandes capacidades intelectuales dependen de la actividad del córtex asociativo, aunque no exclusivamente de él.

La tomografía axial computarizada (TAC) y los escáneres de resonancia magnética permiten observar con gran precisión los procesos de nuestro cerebro. Si antes solo se podían mostrar procesos eléctricos o químicos, las nuevas técnicas miden el flujo sanguíneo y ofrecen imágenes de alta resolución. Gracias a estos avances, la investigación aspira a desentrañar el sistema límbico, la principal sede de nuestras emociones y sensaciones. La incógnita sigue siendo el por qué sentimos una determinada cosa de un modo determinado. Las sensaciones y pasiones personales no pueden explicarse en virtud de procesos neuroquímicos de índole general. Ni los instrumentos ni las conversaciones con un psicólogo pueden acceder ni hacer visible ese mundo vivencial. Una vez que le preguntaron a Louis Armstrong qué era el jazz, respondió: «¡Si lo tienes que preguntar, es que jamás lo comprenderás!». Las vivencias subjetivas son inaccesibles, incluso para la investigación del cerebro. Si toco una pieza de jazz, el escáner de resonancia magnética puede mostrar que en determinados centros emocionales de mi cerebro aumenta el aporte sanguíneo, pero no explica ni qué es lo que siento ni por qué siento eso.

Es lícito preguntarse entonces  si no estarán haciendo los investigadores del cerebro, lo mismo que vienen intentando hacer los filósofos en los últimos dos mil años: entender mediante el pensamiento el propio pensamiento. Profundizar en sí mismo por medio del pensamiento y en la medida de lo posible observarse pensando fue un modo de conocerse, pero no aportó nada al proceso del pensamiento en sí. Estudiar la mecánica de cómo se crea el pensamiento o como se crean las emociones es una tarea que contesta al cómo, no al ¿por qué? ni mucho menos al ¿qué es?

Conocerse no es saber describir los mecanismos físicos que se producen cuando algo pasa en nuestro interior. Conocerse es entender que origina un sentimiento y un pensamiento, aceptarlo, saber si es modificable o no y actuar en consecuencia. Conocerse es saber que potencial tenemos y que características son las nuestras, no las que reflejamos en la sociedad ni las que desarrollamos por el empuje de nuestro entorno, aunque eso también forma parte de nosotros mismos.

Somos el resultado de un cruce de algoritmos. Uno es el genético, una carga importante, sin duda, pero no definitiva. Ahora sabemos que se pueden despertar y dormir genes, que se pueden alterar en determinadas circunstancias sin intervenir médicamente en ello.  Otro es el social, la complejidad y características sociales que nos llevan al proverbio árabe de “un hombre se parece más a su tiempo que a sus padres”. Ambos crean junto con los condicionantes sociales una mezcla que es lo que llamamos personalidad  que nos hace únicos. Pero no tenemos la llave del cómo funciona y por tanto no sabemos cómo prevenir una acción o alterarla. Si esto es así no podremos conocernos de verdad.

Entonces ¿qué podemos hacer? La respuesta es aplicar medidas paliativas. Como si fuera una enfermedad de origen desconocido: mientras investigamos evitamos el dolor y eliminamos los síntomas.  Es decir intentemos que en el equilibrio entre la razón y la emoción actúe más la razón como freno que como justificante de la acción. Esa racionalidad impuesta previamente a la acción visceral nos dará la pista del porqué actuamos y al analizar el cómo actuamos podremos tener un retrato robot de lo que somos aunque no lleguemos nuca a conocernos. De la honestidad de nuestro análisis depende la fidelidad del retrato al modelo. El peor enemigo para el análisis es la autocomplacencia, que nos lleva a suavizar los trazos y a justificar las imperfecciones.

No podemos conocernos íntimamente, pero si podemos y debemos hacer el esfuerzo de crear el autorretrato lo más fiel posible y estimular con acciones impuestas el disparo automático del algoritmo para mejorar en lo personal y en lo social.

Nos dejó con la duda de si es posible conocerse o no, pero tras la discusión de la ponencia la verdad es que todos sabíamos algo más de nosotros mismos y de los demás.




domingo, 4 de marzo de 2018

La Oración del Comodoro




Durante el desembarco en Normandía en junio de 1944, Eisenhower estuvo en varios barcos. Lo típico es que ante un caso así se corran los camarotes. En uno de ellos, el de un comodoro, se encontró esta oración.



Señor,

Tú sabes mejor de lo que yo me conozco a mí mismo
que me estoy haciendo viejo y seré algún día más viejo.
Guárdame del hábito fatal de pensar que debo decir algo
sobre cada asunto y en cada ocasión.

Libérame de las ansias de arreglar los asuntos de todo el mundo.
Hazme reflexivo pero no malhumorado; útil, pero no prepotente.
Con mi amplio bagaje de sabiduría, parece una lástima no usarla toda
pero tú sabes, Señor, que deseo tener algunos amigos al final.

Mantén mi mente libre del recital de interminables detalles,
dame alas para llegar al punto.
Sella mis labios sobre mis molestias y dolores. Están aumentando y el deseo de recitarlas es cada vez más dulce a medida que pasan los años.

No me atrevo a pedir la gracia suficiente para disfrutar de las historias de los dolores de los demás, pero ayúdame a soportarlas con paciencia.
No me atrevo a pedir mejor memoria, sino una creciente humildad
y una disminución de soberbia cuando mi memoria parece chocar con la de otros.

Enséñame la gloriosa lección de que en ocasiones puedo estar equivocado.
Mantenme razonablemente dulce, no deseo ser un santo 
(algunos de ellos son difíciles para convivir)
pero un viejo amargado es una de las obras maestras del diablo.

Dame la habilidad de ver buenas cosas en lugares inesperados
y talento en personas inesperadas. 
Y dame, Señor, la gracia de decírselo.

Amén.

miércoles, 28 de febrero de 2018

La novedad crea esperanza


La novedad es un tipo de soledad.
(Wendell Berry)

Creen algunos que seguir la novedad es símbolo de juventud, cuando en realidad la novedad debe sentirse y no seguirse.
(Ibrahim. Lerak, Cuaderno de notas)

Nuevo y mejor no van siempre de la mano, pero no son contrarios aunque lo parezca.
(Sabiduría popular)


En el club de los narizones se había comentado lo que significan las novedades en la sociedad, pero siempre como un tema "a tratar un día" y este mes el orador recogió el guante y empezó con una cita de San Bernardo de Claraval:

-  "La novedad es madre de la temeridad, hija de la ligereza y hermana de la superstición"...

... si esto fuera así, no habría lugar a nada nuevo y estaría prohibido modificar la costumbre. Por suerte la juventud no se rige nunca por las ideas de lo aceptado y busca nuevos caminos. Cuando un joven se encuentra ante una emunctae naris ésta le deja paso como en el caso de Pompeyo y Sila. Para quienes no recuerden la historia os la resumo: Cneo Pompeyo se casó con la hija del dictador romano Sila (que por cierto estaba embarazada de su ex) y era por tanto su yerno. Sila le había enviado a África y Pompeyo ganó tantas batallas que Sila tuvo miedo de que le llegara a hacer frente y le mandó volver. Pompeyo lo hizo y al llegar pidió que se le rindieran honores de triunfo (ése del memento mori) a lo que Sila en principio se negó hasta que Pompeyo le convenció con una sola frase: El sol naciente tiene más adoradores que el sol poniente. Pompeyo era joven y Sila ya no (además Pompeyo no había licenciado las tropas y las tenía listas para atacar). A buen entendedor pocas palabras bastan y Sila con la frase tuvo suficiente para concedérselo.

Efectivamente, lo nuevo atrae a los jóvenes, que suelen ser los disconformes pero no solo a ellos. En la vida siempre hay algo nuevo, algo que nos tienta y que ponderamos en función del esfuerzo que nos cuesta y del riesgo que corremos. La comodidad suele ser conservadora porque resta fuerzas, el miedo a perder lo que se tiene es el freno a la novedad y solo la desesperanza o la ilusión de un cambio son las razones para abrazar una novedad a riesgo de que pueda no ser positiva. Para ello se necesita fuerza, una fuerza que se saca de dos sitios: de la necesidad y de la hartura. Cuando ya no puedes más no es la disconformidad la que te lleva al cambio sino la hartura y cuando no "hay tu tía" que pueda continuar también se abraza el cambio. Pero cambio no siempre es novedad y por ello para dejarse llevar por la novedad es necesaria además la ilusión más que la esperanza. 

Es la ilusión quien crea la esperanza porque la esperanza se nutre de una posibilidad de cambio, eso que aporta la novedad y si no creemos en lo nuevo no hay esperanza. El motor es la ilusión y cuando es la ilusión por algo lo que mueve, es que se está disconforme con lo que se tiene. Aquí todos tenemos unas narices de cuidado y ninguno la queremos cambiar. Estamos cómodos, no nos interesa la novedosa técnica de las operaciones nasales, solo nuestra disconformidad nos hace buscar una alternativa o una novedad y nos hace ilusión pensar que podemos conseguirlo. Podemos verlo también de otro modo: cuando no hay ilusión por vivir no hay esperanza de vida que valga, llega la muerte rápidamente. Cuando hay ilusión por vivir se vencen enfermedades mucho antes de lo previsto. Es la novedad la que nos estimula la ilusión y crea  la esperanza.

La novedad es como el sol naciente, tiene más adeptos que el sol poniente porque la juventud (la física y la de espíritu) son quienes forjan el futuro a 20 años vista. Hay futuros que son de gloria y otros tenebrosos, depende de si somos fieles a las novedades o las abandonamos a medio camino. 


No es ninguna novedad que el conferenciante provoque con su discurso. Es lo que se busca para estimular el intercambio de ideas. Lo más interesante son los comentarios que suscita la exposición pero ésos no caben aquí, por suerte para el amanuense que solo recopila el pie al debate.  

domingo, 25 de febrero de 2018

Festina lente - σπεῦδε βραδέως






Vísteme despacio, que tengo prisa.
Sat celeriter fieri quidquid fiat satis bene.

Haste is needed only when catching fleas.
(Del refranero universal)

La vida es lenta en venir, la muerte es inmediata.
(Proverbio Tsonga)

No debe la emoción rebasar a la razón sino coexistir en delicado equilibrio con ella.
(Ibrahim S. Lerak, Cuaderno de notas)


Me hizo el honor de invitarme S.M. a la sesión del Consejo de Estado en el que se trató sobre como reaccionar ante la provocación del vecino estado liderado por un dictador a todas luces loco, tanto que Calígula hubiera sido un aprendiz a su lado.

El consejero de defensa saltó inmediatamente diciendo que debíamos contestar a la provocación con un ataque fulminante, preventivo y ejemplificador. Se apresuró a sacar su plan de ataque coordinado con los jefes de los tres ejércitos y la sección GEYD. Por suerte antes de tener que soportar el rollo que nos había preparado, el consejero de economía manifestó que lo prudente era ver el estado del tesoro del reino y si nos podíamos permitir lo que para él era un dispendio innecesario. Otros consejeros callaron a la espera de ver el rumbo que tomaba la sesión y algunos dijeron lo que creían que quería escuchar S.M. 

Me había pedido S.M. que no interviniera, que simplemente observase, anotase mentalmente y luego le dijera sin tapujos lo que había visto. No fue tarea difícil, y sí muy clarificadora de lo que pasa en el reino. Lo primero que noté fue el choque de personalidades y egos. El Consejo no se reunía por una causa común con el fin de crear un consenso lo más amplio posible, sino que parecía tratarse de un examen en el que ganaba quien se llevara el gato al agua. A pesar del tiempo que duraba su composición no se llegaba a crear un egregor en beneficio del pueblo. Quizá solo fue percepción mía pero yo vi más codazos que búsqueda de intereses comunes. Todos defendían su parcela. Lo único que cambiaba era el modo. 

Que el consejero de defensa ya hubiera contactado con la sección de la GEYD (Guerra Electrónica Y Desinformación) no era más que una prueba de que había cedido a la emoción y no a la razón. Simplemente había saltado ante un estímulo producido por la declaración de un presidente que se mantenía en el poder por los compromisos internacionales que nada tienen que ver con la ética, pero ése es otro tema. El consejero de economía defendió su terreno para no soportar gastos extras que no tenía previstos; el consejero de gobierno interior adujo que una reacción inmediata no era posible sin intensificar los controles entre la población para evitar ataques terroristas y que eso requería una planificación previa; cada consejero miró el tema desde su territorio particular, solo uno de ellos (el de instrucción pública) se alzó e intentó templar los ánimos y poner algo de cordura ante la excitación de sus colegas. Cuando la tranquilidad y la rutina se establecen en cualquier situación, incluso la guerra parece una acción interesante. Su discurso básicamente nos recordaba que:

.- No hay que reaccionar en caliente, o al menos si se hace hay que vigilar las palabras y los actos. No todo es válido en ningún caso. Hay que poner las bases para poder reaccionar antes que dejar que el sistema límbico actúe.

.- Es cierto que la venganza es un plato que se sirve frío, pero también la justicia toma su tiempo. Un aguacate tarda cinco años en dar fruto y el bambú siete. Ambos llegan a los 30 metros de altura. Ni la educación ni la política  deben ser una sucesión de movimientos de acción y reacción; deben seguir una planificación continuada y llevada a cabo con el tiempo. Los bulbos florecen aunque parezca que la tierra esté seca y muerta. Solo se necesita tiempo y constancia en el cuidado. Nada sale de la nada, pero no todo es evidente.

.- La razón justifica a posteriori las acciones de la emoción, pero su función real es parar la reacción emotiva, evaluar la situación y solo luego establecer la pauta de acción. 

.- Quien no se para a pensar es juguete del viento. Apresurarse sirve para dar dos veces, pero con una y certera basta. La acción airada suele pagarse cara y casi siempre con alguna pérdida irreparable.

Cuando el consejero de defensa le interrumpió con el famoso si vis pacem para bellum, el responsable de la educación nacional le dió la razón. Hay que preparar, planificar, no saltar creyendo que una reacción por inmediata tiene más de real y de advertencia. No se puede ser absolutamente frío y racional porque desde fuera se toma como debilidad, pero el compromiso entre razón y emoción debe buscarse siempre en un "siente, analiza y reacciona".

Se me fue el pensamiento. Era una clase magistral de comportamiento humano y me quedó claro que no dejamos de ser unos teóricos, porque la supervivencia nos lleva a saltar antes de que la razón nos frene. Solo tenemos que procurar que la razón se muestre con más fuerza. No hay que priorizarla como tampoco a la emoción. Pero esto se ha de practicar, hay que darle tiempo al tiempo y veremos como lo que parece imposible germina, crece y embellece el alma. 

El final de la reunión del consejo fue menos filosófico que mis anotaciones. ¡Cuánta razón tenía Mateo (13:16) cuando dijo aquello de "más felices son los ojos y oídos de quien contempla y oye"! Y si no fue eso exactamente... era muy parecido. 

Desde la barrera se analiza mejor, la práctica cuesta; pero con tiempo y constancia germina el jacinto y crece el bambú.

domingo, 4 de febrero de 2018

Living without social nets



https://www.fbvideo.com/videos/1842987742397730

Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo a comunicarse en persona.
(K., Anotaciones dispersas)


Nuestras vidas se definen por las oportunidades, incluso las que perdemos.
(F. Scott Fitzgerald, El curioso caso de Benjamin Button)

No puedo evadirme de mi tiempo, pero  puedo decidir en que lo ocupo.
(Ibrahim S. Lerak, Cuaderno de notas)



The monthly meeting of the nosers club was this time longer as usual. The reason was the vehemency of the speaker defending that social nets are not healthy. He didn't say anything really new but put all together had an impact on us. This is the main content of the provoking speech:

-- There is a lot written about social networks. Thousands of pages about their benefit or evil. All social nets create always positive and negative reactions and act like a drug. But addicts are not conscious of all what happens, most of them believe is only time what they lose and time … is a personal decision how to invest it.

Many users of these nets would like to be less dependent but the social virtual structure they have created has substituted the real one, and to abandon even only one of the nets means to them to lose family, friends and a part of life. These people need somebody that convinces them that there is life beyond a screen even if you don’t check every 10 minutes. In a certain way is like cigarettes before: non-stop and socially well seen. I also was tempted by the social nets, up to the point to see myself strange and abnormal for not having FB… at least! FB, Instagram... whichever. All of them praised, all of them demonized. Let’s take Facebook (FB)  as an example. In many ways could be considered as the modern representation of evil and  is clear that Facebook is a modern vampire.

The first point is that we are not really clients or users of FB,  we are simply the product. Why? Because FB’s clients are other people that put ads and have information about us. Information they pay to have our data and sell us their products. In other words FB (I repeat, only as an example) is selling our data, preferences, dreams and wishes. More I share, more I say I like or dislike, more information about me arrives to the real clients that will sell me later their products. I’m the perfect target as they know me well even if I never crossed a word or shared anything referring to them. The fact that all net information can be centralized is even better. More data for the clients. Not more benefits for me.

All these vampires are called communication products, but painting, literature, theatre, writing is also communication and people are proud or happy to read, write, and watch movies or study. Is someone telling proud how many hours is devoting to social nets? And even so all nets are a success. A success because they satisfy the emotional needs of the so called users: connection, stimulation of creativity, giving something to comment without having to defend it face to face and creating a (false sense of) friendship.  If we meet someone in one trip and talk a bit, instead of exchanging addresses to have some post contact we give our FB identity…. and are from that moment obliged to maintain a certain relation with this person that in a normal situation we would have forgotten in the next 5 days. Why? Because the biggest sin we can commit is erase or ignore a net relation. We are publically showing our dislike to someone. And all we share is only virtual. I prefer a coffee in a bar or wherever with a friend to 1000 likes to my last picture or comment.

These net vampires take my blood (information) till the end and create me some problems also. The first is the number of hours that I have to spend to keep updated an all people’s activities. Too many and I don’t have them, so what do I do? Unnoticed I give order to my brain not to think, only to react, to process as much information I can in the least time. In other words: I become superficial, read, react by emotion, don’t pay much attention and answer.  The second is that I look by curiosity for people I don’t really care (again more hours, more likes or comments, more showing my preferences to FB clients) and as I react emotionally my comments can be harsh or written in a way that they seem to be rude, something I don’t want. The third is that I know so much and pay so less attention that I only remember when I meet some FB acquainted  and my life is so public that all people know what I have done and I don’t know even when I said or why I said some comments. Clearly a false connection to the people, up to the point that many misunderstandings can be created by “fast comments” that break even friendships. Forth is the type of information I get from FB. There is a certain tendency to see (previously selected by “the machine”) links, notices and comments that are similar to my shown way of being. This means that the information I get is biased. Nice! Sold and cheated. Consequence is that in such an environment I tend to believe that my position is right and I become more and more radical (something similar happens with radical groups that “convert” people just by surround them with people thinking all in the same way and not admitting other opinions). And talking about information, the quantity of information I can have is far too big to take some decisions out of it. More information does not bring to better decision. Good information does. Quality, not quantity but social nets make us believe “more is better”. 

Let's be honest. Would we copy all the comments we have in FB and cover the wall at home with them? Would we make a book out of them? Probably not... and if not where is the value of the so much praised comments without which we can hardly survive? Besides it do we feel pleasure to see in every page an ad telling us the best price to go to Florida only because we looked for the flight two weeks ago? Seems creepy, doesn't it? Is it normal that to erase my account  I have to wait 14 days in the case of FB or 30 in the case of Twitter? Are nets a new kind of sect? 

The problem of getting free of this addiction is the same as any other drug. Emptiness. Feeling of too much time to fill with what? and sense of solitude. Abandoned by the world. We urgently need again to be. We exist only if somebody recognizes us, true, but we don't really need to be recognized as persons every minute, and this being generous. True we thought to be part of other's life... but is it so? Do they call us when we don't show up, write, answer? Normally not... seems we were / are not so important. And if I wish to contact someone, I do it without FB. I write or call, much much better believe me. 

Advantages of being nets-free are many, but one points out more than the rest: I have time and can concentrate on what I really want. Only this would justify not having FB, Twitter or whatever. There are more advantages but i will only insist on time. How many hours do we use per week in social nets? One hour daily? probably more but if we admit that we spend 7 hours per week and only 3 to learn a new language or do something we like imagine what would happen in 3 or 5 years! we could have learned Arabic, Hindi, and Russian as natives, become engineers or paint to fill a museum. Yes, TIME, free time. Exactly what we always say we do not have. Is this not a good investment? What social nets are stealing us is what we declare to be one of the most valued items we miss and want to have: TIME. And what they give is only is a false feeling of not being alone, what at the end is the biggest fear we can have in life. But is a mirage, not real. 

And this is why I don't have FB, Twitter or any other social net.

The discussion we had after was again long and valuable for everybody. In fact we were all non-virtually together sharing our interest and time. Our speaker was right, real sharing is much much better than social nets.

domingo, 28 de enero de 2018

¿Y si Dios no existe?




La verdad, Lázaro, es acaso algo terrible, algo intolerable, algo mortal; la gente sencilla no podría vivir con ella, estoy aquí para hacer vivir a las almas de mis feligreses, para hacerles felices, para hacerles que se sueñen inmortales.
(Unamuno, San Manuel Bueno y Mártir)

Lo que hace la grandeza del hombre no es la verdad que posee o cree poseer, es el esfuerzo sincero que realiza para conseguirla. No es gracias a la posesión sino a través de la búsqueda de la verdad que el hombre acrecienta las propias fuerzas y se mejora a sí mismo.
(G.E. Lessing, Eine Duplik)


"Que Isaac me perdone."
(Ibrahim S. Lerak, Cuaderno de notas)


Hacía mucho que el padre Arnau, cura párroco de Los Castillos, fue ordenado sacerdote. Conocido como Monseñor por su piedad era muy querido por la feligresía que veía en él un modelo a seguir, aunque quizás exageraba al proponer el ayuno como método para luchar contra la tentación.

Un accidente cercano en el que murieron varios niños y entre ellos su sobrino al volcar el autobús escolar le hizo enfadarse con Dios. “Si eres todopoderoso, sabio y misericordioso ¿por qué juegas con nosotros y con las criaturas que has creado? ¿De qué sirve Tu grandeza al niño tarado, loco o muerto? ¿De qué sirve Tu misericordia a la gacela cuando es devorada por los depredadores? ¿Es necesario el sufrimiento de los inocentes?

Eran las dudas que le inquietaban; no entendía el mal por el mal o sin causa. Tenía respuestas para la parroquia pero no para su corazón. Pero cada vez ganaba más terreno la duda abierta y cada vez se veía más alejado del Señor. Cuantas veces creía haber ganado la batalla se veía luego en sueños preguntando a Dios el porqué de las guerras; varias veces le había interpelado: “Tú, Padre Celestial eres eterno, pero nosotros no. Cuando Tu permites una guerra la gente se queda sin casa, como el Calzones cuando se le quemó y tuvo que dormir en la iglesia durante tanto tiempo. Esto no es justo, Señor. Los dogmas y la Revelación sirven para explicar, pero el hombre necesita hechos y no teorías. ¿Por qué y sobre todo para qué tanto sufrimiento?"

Empezó a beber para consolarse y ahogar sus dudas. Se escandalizaba él mismo cuando se veía el juzgando a Dios y culpándole de todo: de las necesidades de su gente, de las muertes inútiles, de no infundir justicia en el alma del hombre. Le tildaba de caprichoso e incluso de ser el supremo asesino y por tanto un egoísta. Sobre la mesa yacía la colección de pipas que heredó de su padre y algunos paquetes de tabaco regalados por sus feligreses. Tomaba una pipa, la encendía y al poco la dejaba y la cambiaba por otra que volvía a dejar. Cogía un libro y lo cerraba sin haberse enterado de nada de lo que había leído. Ni siquiera a pesar de sus paseos tenía apetito. Probaba muy poco de lo que le preparaba Prudencia, su ama de llaves, y lo dejaba. Sorbía un trago de agua y se levantaba rápidamente para prepararse un café que no acabaría.

Tenía tiempo para sus cada vez más largos paseos, que justificaba con visitas a la ermita y el cuidado de sus fieles más alejados. Todos los problemas se unían en él formando una sola pregunta: ¿Para qué tanto sufrimiento? Muchas veces le habían dado la respuesta en el seminario, pero si entonces se conformó ahora no le bastaba. La Redención no justifica el dolor del mundo ni sus miserias. Si el Señor es omnipotente, no cabe duda de que no necesita a Satanás ni de las penas del infierno y si el Señor no es omnipotente... entonces no es Dios.

El reverendo padre solo concebía dos soluciones: la de los agnósticos y la de los ateos. La imposibilidad de saber si hay o no Dios y Juicio Final propugnada por Tomas Huxley, en cierto modo el creador del agnosticismo, no le solucionaba nada. Solo quedaba pues, la expuesta por los ateos: no hay Dios ni Juicio. La vida no es más que producto del azar, de la casualidad. Un desgraciado incidente cósmico, irrepetible en millones de siglos. Pero si era irreproducible en tan largo período de tiempo ¿a qué se debía?, ¿Cómo era posible que un mono escribiera el Quijote al darle pluma y papel? Si solo es debido al azar ¿ante quién quejarse?  ¿A quién rezar? Y por otra parte ¿quién dio pluma y papel al mono? ¿Y de dónde procedían la pluma, papel y mono? Claro que ¿de dónde procede Dios?

Si Aristóteles y Bondi tenían razón al suponer la estructura eterna y cíclica del universo, la cadena de las generaciones carecía de principio. No importa saber si fue antes el huevo o la gallina, ni tenían sentido las célebres vías de Santo Tomás. El cura párroco de Los Castillos dudaba y en su duda, furioso, apostrofó a Dios: “Escóndete, que también yo lo haré. No puedo servirte si no te conozco”. Se vio como un vendedor de humo, de falsedades, vendiendo ilusión; una ilusión falsa e inexistente.

En el espíritu de Pedro Arnau solo quedaba la ira. Renunció a oficiar misa. Decidió cometer un pecado cada día y ver como reaccionaba Dios si es que lo había; no dirigirle ni palabra ni pensamiento. No se debe dirigir la palabra a un verdugo silencioso y desconocido. No se puede orar a un opresor caprichoso. El cura tenía la secreta esperanza de que ocurriese un milagro. No esperaba la estera mojada en un tramo seco como en la Biblia, pero si algo extraño, un poder que refrenase sus impulsos. Sintió ganas de escupir sobre su crucifijo, dudó un instante y lo hizo. Tuvo un primer impulso de arrepentimiento que rápidamente contuvo. Nada había variado a su alrededor. Monseñor ya estaba descendiendo al abismo. 

Plenamente borracho le dijo a su ama de llaves que se iba, harto de Dios y de sus  estafas. Harto de la burla que significaba la Iglesia y que se le habían abierto los ojos por fin. Prudencia recordaba la frase de la despedida:

- Espera aquí, el obispo mandará a otro pastor que cuide de sus ovejas. Dios no se cuida de nosotros, pero los obispos nos vigilan por él.      

Pedro Arnau se fue del pueblo a la ciudad más próxima. En su huida pensó en el revuelo que causaría la noticia; pensó que quizá el obispo mandaría buscarle y se le ocurrió la posibilidad de salir, de huir del país. Durante el viaje lamentó haberse ido "¿acaso hay en el pueblo algo que me impida una nueva vida?, además ¿qué haré en la ciudad? también el laico necesita cama y comida. El dinero que llevo durará poco y no conozco a nadie." Pensamientos como este acompañaban su duermevela. Una vieja a su lado murmuraba "Padre nuestro que estás en los cielos..." en su fuero interno el ya ex párroco sentía ganas de gritarle que se callara, que todo era una descarada mentira, una burla despiadada.

En la oficina de información de la ciudad le dieron la dirección de una pensión económica. Anduvo hasta dar con ella. Al cruzar una calle casi lo atropellaron, una mujer le increpó reprendiéndole por imprudente. Un ciclista con un saco al hombro le dijo “ya puede dar gracias a S. Cristóbal” Pedro Arnau el nuevo ateo lo hizo, dijo "gracias" y se preguntó "qué lleva este desgraciado en el saco, su parte de gloria eterna?" 

Llegó a la pensión. La patrona le instaló amablemente pero con prisa. Monseñor se preguntó el porqué de la prisa ¿le daba miedo? ¿se le notaba en la cara que huía? Se sentó en la cama y miró en derredor. El cuarto estaba sobriamente decorado, apenas un cuadro y un crucifijo. Un espejo ovoide, varias veces retocado, completaba la decoración. Junto a la cama una mesita de noche con una lámpara y un libro sobre ella. Lo tomó y comenzó a hojearlo: era una edición rústica de la Biblia. ¿Qué era aquello, moralismo? ¿burla? ¿una señal?

Decidido a provocar a Dios robó dos panecillos. Le costó pues tuvo que luchar contra los principios que le habían inculcado y que él mismo había difundido. Era algo que le afectaba profundamente. Comió uno y guardó el otro aunque acabó dándoselo a un mendigo. ¿Mataba la buena acción la mala?  ¿Son iguales todas las buenas acciones? ¿Valen lo mismo? ¿Cuál es la tabla de valores? En una calle cruzó un entierro, Monseñor se dijo: "A ellos poco les importa, los muertos nada saben y tampoco reciben recompensa alguna". Sonrió esto está en el Eclesiastés (9:5). La memoria tiene sus juegos y las citas aparecen solas. Siguió deambulando, observando, escuchando, preguntándose sobre la necesidad de cumplir con los mandamientos divinos. Una frase captada al cruzarse con un grupo de jóvenes le llamó la atención. "Estamos condenados a vivir sin fe y sin saber" ¿de qué debían estar hablando? Pasó por delante de una iglesia y recordó las misas. Sintió fuertes impulsos de entrar, pero siguió adelante. Finalmente entró impulsivamente en un bar ya que no tenía clara la razón de hacerlo. En una mesa un hombre de edad gris bebía directamente de la botella. 

¿Qué le llevó a sentarse a la mesa de un desconocido? No había razón aparente, pero allí estaba, sentado a la mesa de un desconocido mirándole mientras bebía. Su acción fue acogida alegremente por el parroquiano:

- Siéntese padre, Porque usted es cura ¿no?, Venga que yo tengo algo en común con usted, soy carbonero. También voy de negro aunque no quiera.

Una corta risa, un trago largo y un eructo dieron paso a otra pregunta - ¿Que le trae a mi mesa?

El ex-párroco estaba incómodo, sin saber por qué estaba sentado a esa mesa ni que le delataba como sacerdote; pero estaba interesado en la persona que con la sonrisa en la boca y algún diente ennegrecido esperaba su respuesta.

- ¿Cómo sabe que soy, perdón, fui sacerdote?
- Se le ve padre, se le nota en todo, en el andar, en la mirada, en cómo va vestido, pero más en la mirada.

Pasaron horas y cayeron botellas. Al final habían convenido que Pedro Arnau viviera en la casa del carbonero unos días. Solo una puntualización por parte del carbonero: "Yo soy viudo y salvo algunas ocasiones estoy siempre solo, bueno, ya me entiende padre no voy a pudrirme ni a resignarme."

El ex cura, ex párroco Pedro Arnau aprendió mucho durante su vida con el carbonero. Escuchó, estudió sus motivaciones y las de quienes le rodeaban. Intentaba entender a través del carbonero, a través de su fe las razones de una creencia inútil. Aún seguía enfadado con Dios, le insultaba y luego le temía, para reafirmarse más tarde en sus nuevas convicciones. "Si Tú eres capaz de guardar silencio durante toda una eternidad yo no seré menos."

Con el tiempo se dio cuenta de que el mundo hablaba de un modo y obraba de otro. Nada era negro o blanco. Incluso los ateos tratados individualmente dejaban de serlo o por lo menos no eran tan radicales. El carbonero se esforzaba en convencerle de que debía regresar a su pueblo; al fin y al cabo nada aprendería en la ciudad que no existiese también en Los Castillos. Solo tenía que mirar bien y escuchar más.

A altas horas de la noche unos pasos despertaron a Prudencia, que se levantó sobresaltada. 
- ¡Ha vuelto!
- Sí, he vuelto
- Si supiera lo que le hemos buscado... todos temíamos por usted. Pero ¿a dónde ha ido? ¿Dónde ha estado? ¿Por qué se fue? El pueblo entero era un hervidero de rumores. El obispo mandó por usted, y vino la guardia civil a preguntar.
- Lo siento Prudencia, pero ahora déjame
- No le dejaré hasta que me diga porqué se fue.
- Quise saber lo que piensan los ateos
- ¿Y?
Monseñor cerró los ojos, esbozó una sonrisa. - No hay ateos. Todos sin excepción adoran ídolos o ideas; se inventan dioses y les rinden culto para justificar y sobrellevar su vida.

Monseñor Arnau, cura párroco de Los Castillos se echó vestido sobre la cama. Las fuerzas acababan de abandonarle. Durmió un rato. Cuando abrió los ojos el sol emergía con un  mensaje a través de las nubes. Monseñor miró la escena y pensó: realmente hay algo o alguien y si no lo hay los demás no han de saberlo. Ésa es mi misión en la vida.



viernes, 26 de enero de 2018

¿De verdad la actitud es el todo?


10% of life is made up of what happens to you. 90% of life is decided by how you react.
(Steven Covey)

La actitud no es como el maná, no cae del cielo ni es innata. Se aprende y se practica antes de convertirse en hábito.
(Ibrahim S. Lerak, Cuaderno de notas)

Cuando reemplaces los pensamientos negativos con los positivos, empezarás a tener resultados positivos. 
(Willie Nelson)


La reunión mensual de los amigos del círculo trató esta vez sobre el tan cacareado tema de la actitud ante lo que nos ocurre y de si es una cuestión realmente personal o no. Pablo, uno de los fundadores del círculo empezó provocador el tema de su ponencia:

-- ¡Todo lo que os ocurre y todo el mal humor que tenéis cada día es pura y simplemente culpa vuestra! Y lo peor es que es evitable. 

Tomemos el ejemplo clásico. En el desayuno familiar, ese que se hace siempre corriendo y sin tiempo a la niña se le cae la taza de cacao sobre mi camisa, ésa que es especial y que me he puesto hoy porque viene el gran capo y hay reunión con él. ¡Precisamente hoy! el capo es un maniático del buen aspecto... 

Fijaos en un detalle: el hecho en sí está fuera de mi alcance... pero no la reacción o cadena de reacciones

¿Que hago? Primero reñir a la niña por su ineptitud a lo que ella se pone a llorar pues no lo ha hecho queriendo. Acto seguido la culpa es de quien ha puesto la taza demasiado cerca al borde de la mesa y la ha llenado en exceso. Tras una breve discusión me cambio rápidamente la camisa (ya no es la especial, pero bueno...) Al volver al desayuno la niña no ha acabado aún: ha perdido el tiempo llorando. La prisa manda. El tiempo es justo. Mi mujer ya se ha ido porque también tiene prisa y me toca a mi llevar a la niña al colegio. Nos vamos con ella acabando de desayunar en el coche. Hoy que viene el gran capo llegaré tarde, así que corro, me salto el semáforo porque sé que da tiempo.... y pierdo 15 minutos con el guardia que precisamente hoy estaba allí. 15 minutos, 200 euros y 2 puntos. ¿Puede empezar peor el día? Sí, es peor cuando me doy cuenta de que me he dejado la cartera de la oficina en casa. 

El día será un mal día sin duda. ¿Seguro? Dejad que pregunte algo. ¿Que me ha causado el mal comienzo? ¿El cacao? ¿La niña? ¿El guardia? ¿Todo en conjunto? ¿Yo? La respuesta correcta es ...  YO. No tengo control de lo externo a mi, pero si sobre mis reacciones. Ese momento de mal humor está en mi mano parar un momento y cambiarlo. 

No puedo evitar que el tren llegue tarde, ni que el tráfico esté imposible, ni que haya una crisis económica pero si puedo (y debo) controlar mi reacción frente a ello. Todos lo vemos a posteriori, entonces ¿por qué no hacerlo a priori? La actitud es una decisión, no un rasgo de personalidad ni algo innato. 

¿Que podemos, o mejor, debemos, hacer? Usar la energía del fastidio y no reaccionar emocionalmente. Parar, pensar, ponderar; en otras palabras tomar el control de la situación, no dejar que sea el momento quien nos domine. ¿Es fácil? Tanto como ir al gimnasio. Cuesta la disciplina. Cuesta el momento y cuesta los primeros días. Luego se le ven los beneficios y más tarde ya es un hábito que si no se ejercita se echa en falta. 

De verdad, si nos domina la emoción nunca sabremos hacia dónde vamos y nunca estaremos tranquilos. La tranquilidad es el primer paso hacia la felicidad.


Como siempre la discusión fue larga, todos querían mostrar su actitud positiva y ver el lado bueno de forzarse a ser mejores. 
  


martes, 16 de enero de 2018

De nuevo la felicidad



Si las sociedades tienen diferentes valores, el concepto de felicidad es diferente para cada una de ellas y si las personas son diferentes, tanto la felicidad como el camino para lograrla es diferente para cada una de ellas.
(Ibrahim S. Lerak, Cuaderno de Notas)

La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos.
(Henry Van Dyke) 

La mayoría de las personas son tan felices como ellas mismas deciden ser.
(Abraham Lincoln)

En la última reunión del Club de Narizones se abordó el tema de la felicidad, tema que había surgido anteriormente al expresar la mayoría de los miembros su felicidad por el apéndice nasal que la naturaleza nos ha dado. La idea de tratar sobre la felicidad en general fue adoptada por unanimidad y el ponente esta vez hizo más de gurú que de ponente provocador, pero con eso también fue una provocación al debate.

-- Se habla mucho de felicidad y hay varias supuestas recetas para ser feliz, una de ellas dice que la felicidad no es un todo y que consiste en tener momentos felices. Es como si dijéramos que disfrutar del sol por espacio de un minuto 5 veces al día es mejor que disfrutar del sol todo el día si luce y podemos. ¿Cómo va a ser la felicidad algo que reduce su esencia a momentos cuando puede ser un todo? Por eso otra teoría mantiene que la felicidad es un estado y una actitud, algo que parece impuesto desde fuera y poco natural; pero si lo pensamos es como ir al gimnasio y mantenernos en forma, puede resultar poco natural pero es efectivo. Quiero decir que hay que trabajarlo como el deporte. Es un entrenamiento anímico que como con la memoria o la inteligencia aumenta algo que existe ya. Si no lo hacemos queda anquilosado y atrofiado. Por eso, si de verdad queremos ser felices hemos de aprender a serlo y a desarrollarlo.

Hay tres alternativas para ser feliz y dos actitudes. Las alternativas son fáciles de describir: cambiar EL entorno, cambiar DE entorno, aislarse DEL entorno. Las actitudes también son fáciles: se puede ser feliz en modo cine (quieto y ver lo que pasa) o en modo viaje (participar en lo que nos rodea) y hay dos elementos a tener en cuenta, el tiempo y la vocación.

Dejad que os lo cuente en orden diverso y que empiece por lo fundamental: el tiempo. Fundamental es en realidad la voluntad, el deseo íntimo de ser feliz, pero esto es la premisa, así que consideremos que lo tenemos y que lo que necesitamos es tiempo. Sin tiempo no hay vida, porque la vida es movimiento y esto crea el tiempo. La vida es cambio y el cambio no se da en un tiempo cero.

Que el tiempo no es ni lineal ni absoluto lo sabemos todos, no se siente igual el mismo tiempo si ponemos un dedo en el fuego que si besamos a una persona amada. Por lo tanto habrá que usar el tiempo en placer y no en dolor, máxime si recordamos que nuestro tiempo es finito. Como escribió Heidegger en El ser y el tiempo somos invitados de la vida. Vivimos como si el tiempo fuera eterno hasta que una enfermedad grave o la muerte de alguien querido nos da una paliza de realidad. No cambiaremos el tiempo de Cronos, el físico, el del reloj, pero si podemos conformar el Kairós el tiempo de la vida, lo que Heidegger llama el tiempo mientras somos. Es el tiempo del proceso de la vida y Cronos solo la medida de ese tiempo. No voy a hablar de filosofía, pero es lo que en alemán es el Dasein, el estar-ahí. Si Cronos me lleva a la muerte, Kairós me lleva a vivir de un modo especial y en este caso feliz.

Por tanto, para ser feliz necesitamos dos cosas: quererlo íntimamente, no solo desearlo y aprovechar el tiempo para ello. Por esto, la felicidad es una actitud, porque no cae del cielo y sí depende de nosotros.

Ser feliz requiere voluntad, entrenamiento y constancia al principio, luego se vuelve un hábito y más adelante una característica del alma. La actitud en modo cine no permite esto porque deja pasar la vida sin usar el tiempo Kairós, por tanto la felicidad que se obtiene es mínima y depende del fotograma que se vea. Es la teoría de los momentos de felicidad. Un fotograma en sí mismo, fuera del contexto no es nada, por mucho que los juntemos.

La actitud aislamiento del entorno en realidad no proporciona felicidad, lo que da es seguridad puesto que no pasa nada y todo es igual y se domina. Esa seguridad produce aburrimiento que se confunde con felicidad porque se suele temer lo desconocido. Se considera que lo no dominado es inseguridad y que la inseguridad es incompatible con la felicidad, algo a discutir pero en otro momento.

Antes de hablar del modo viaje, el que yo creo que es el único efectivo y posible quiero comentar la vocación de la que he hablado antes. Hay una especie de tendencia que usa un mantra que dice que serás feliz si haces lo que te place y te llena. Viene a decir usa tu vocación que es tu pasión, haz lo que sientes de verdad en el trabajo y serás feliz. Lo mismo en la vida. Parece que todos hayamos nacido con una vocación clara, secreta, interior y que el descubrirla y realizarla nos hará inmensamente felices. Se ponen muchos ejemplos de gente que ha triunfado y es feliz por haber desarrollado su “pasión”. Steve Jobs es uno de ellos. Se le recuerda diciendo en la universidad de Stanford: “Tenéis que encontrar aquello que amáis, si no la habéis encontrado seguid buscando sin descanso.” Bonito, si. Cierto no. Pocos recuerdan que Jobs llegó a la informática de casualidad. Estudió danza e historia, dejó los estudios el primer año, seguía a los hare Krishna, era el friki de la universidad. Volvió a su casa y vio una oferta de trabajo que pedía a alguien para divertirse y ganar dinero. Era ATARI, la empresa de videojuegos, pero la dejó para hacer un viaje espiritual por la India. Al volver Stephen Wozniak le ofreció trabajar con él en lo que un año después fue Apple. En resumen Jobs no siguió su vocación, probó cosas, se hizo bueno en una de ellas y la convirtió en su vocación. También Julio Iglesias fue torero antes de cantar…

La pasión, la vocación no es una causa, es una consecuencia, cuanto mejor haces una cosa más te gusta. No es al revés. Te gusta más porque ves el resultado positivo, porque cada vez te esmeras más, porque los demás te lo reconocen y porque a todos nos gusta gustar. En definitiva eres feliz con y por ello. Vuelvo a la comparación con el deporte de antes: nadie practica aquello que cree que hace mal y si le animan, se esfuerza y ve progresos acaba siendo su deporte preferido. ¿Era vocación? NO, es consecuencia del esfuerzo y la constancia. Por tanto no hay que desperdiciar el tiempo en buscar la vocación, haz lo que se te de bien, sea positivo para los demás y puedas controlar. Es, sin duda un camino para ser feliz, aunque no es todo lo que hay que hacer. Recordemos que la felicidad necesita entrenamiento.

El modo viaje requiere un esfuerzo, sí, pero da sentido a cada fotograma de los que hablaba antes. Hay uno fácil e inmediato eso que los americanos llaman lessons learned. Aunque el mundo empresarial lo haya redescubierto hace poco tiempo ya lo decía Alicia en el país de las maravillas. Desde que Alicia cae en el agujero comienza la duda de si se trata de la auténtica Alicia. Como dice ella: “Me pregunto si habré cambiado durante la noche. Veamos: ¿Era la misma al levantarme esta mañana? Me parece que puedo recordar que me sentía un poco distinta.” Es decir ¿qué he aprendido ayer y qué puedo hacer para ser más feliz. Lavarse los dientes por la mañana les cuesta a los niños pero es un hábito saludable. Preguntarse lo que hemos aprendido cuesta, pero es un hábito saludable para el alma… y para la vida.
En el modo viaje hay que participar en la vida y en el proceso de vivir, hay que usar el Kairós. Lo que aprendemos nace del estar-ahí, de las conversaciones apasionadas, de discusiones acaloradas, de las reflexiones íntimas, de risas y llantos, de las emociones. Y acaba en transformación personal.

El modo viaje a la felicidad es un proceso de transformación activo. La felicidad no es un maná o un don infuso y hay algunos malos hábitos que si los eliminamos de nuestra rutina nos allanan el camino, como el beber moderadamente aumenta la salud. MI receta es simple pero no fácil y no necesariamente es aplicable a todos ni única, solo es la mía y ojalá os sirva para pensar en ello e iniciar vuestro viaje:

.- Renunciemos a tener siempre la razón y a la necesidad de control.   
.- Renunciemos al sentido de culpa propia y externa y a quejarnos.
.- Renunciemos al diálogo interno de auto-derrota.
.- Renunciemos a las creencias que nos limitan sobre lo que es posible o no.
.- No subestimemos el poder del pensamiento positivo.
.- No critiquemos ni queramos impresionar a los demás. Seamos lo que somos (pero mejoremos, no nos estanquemos). No vivamos la vida en base a las expectativas de otras personas.
.- Abandonemos miedos, excusas y etiquetas, ¿Quién dice que el camino es fácil? Hasta Ronaldo tiene que practicar y entrenar cada día.
.- No dejemos que la resistencia al cambio nos inmovilice, no hemos de conservar una identidad (“yo soy como soy”) sino conservar la tendencia a mantenerla y para ello, a veces, hay que cambiar. Como escribió Joseph Campbell Sigue tu dicha y el universo te abrirá puertas donde solo había muros. No es el universo quien abre las puertas, somos nosotros sin darnos cuenta de ello.
.- Pero sobre todo, recordemos que la felicidad requiere que el futuro sea incierto.


La discusión fue viva y larga. Todos fueron felices al poder intervenir, pero quedó en el aire si era una felicidad efímera de un fotograma aislado o dentro de un marco general que le daba sentido.