domingo, 23 de abril de 2017

The thoughts' nursery



History is the story of facts, sometimes guessing why they happened but never explaining what were the thoughts that behind an action.
(Ibrahim S. Lerak, Notebook)

By reading ancient philosophers we discover that we may live better now, but are neither better nor wiser. Our main questions are the same and also is our behaviour.
(K, Irrelevant conversations with Epictetus)


The last meeting of the circle of the square table counted with the presence of a known writer as speaker. We asked her about how ideas came to her mind and how she develops them. She told about her method: "The moment an idea takes the form or a thought seems to be defined, I write it down. I have always a small notebook with me that I call the thoughts’ nursery and when I have time or am in the mood for it, I develop the telegraphic idea I noted."


She was kind and agreed to give a glimpse on the last annotations. They were the following: 

Words 
To be poor of words is to be poor in thoughts. With words we think, we perceive, we name; with the words we remember, we distinguish, we relate; with the words we have fun. To lose words is to lose the things they designate, so that when our language becomes impoverished, what is impoverished is the reality itself and the understanding we have of it. Whoever has more words perceives more of reality and is also able to give a better account of it. Example: two people standing in front of a large number and diversity of trees, one of them exclaims "What a beautiful forest!", While the other says "What beautiful Eucalyptus, Boldos, Oaks, Peumos and Soapbark trees!". Who enjoys more the diversity?

Embrace what you get

Events happen and people behave as they are. Embrace what you actually get. It is not things that disturb us, but our interpretation of their significance. … Remember to discriminate between events themselves and your interpretations of them. Try to stop and think before any answer, verbal or emotional. Don’t let emotions take over unless you really want to hurt

Discussions
Take care not to discuss matters that are of great importance to you with people who are not important to you. As most people only know how to respond to an idea by pouncing on its shortfalls rather than identifying its potential merits. Many people believe that to discuss long shows wisdom and smartness and this regardless what they say. People important to you are already selected people and they will help in the discussion, not just say words to fill the air. 

Thinking
If someone were to sell you or give for free to anyone without asking and having any right to it, you would naturally react and be furious. Your mind is more than your body so react and be furious if someone wants to influence you. Don’t let your mind to be raped with demagogic reasoning.

Attention
When we blather about trivial things, we ourselves become trivial, for our attention gets taken up with trivialities. You become what you give attention to. The wise do not confuse data or information, however prodigious or cleverly deployed, with comprehensive knowledge or transcendent wisdom. 

Conventional thinking
Popular perceptions, values, and ways of doing things are rarely the wisest. Many pervasive beliefs would surely not pass appropriate tests of rationality. Conventional thinking — its means and ends — is essentially uncreative and uninteresting. Its job is to preserve the status quo for overly self-defended individuals and institutions. But what is worse, to have all people uniformed or all people being only individualists? Society needs conventional thinking to be in peace and progress.

Freedom
We are ultimately controlled by that which bestows what we seek or removes what we don’t want. If it’s freedom you seek, then wish nothing and shun nothing that depends on others, or you will always be a helpless slave. … Most people tend to delude themselves into thinking that freedom comes from doing what makes feel good or what fosters comfort and ease. The truth is that people who subordinate reason to their feelings of the moment are actually slaves of their desires and aversions. Be also aware that freedom has a counterpart called security; more of one implies less of the other. Freedom and love are also sometimes in contradiction, but both move the souls to progress.

sábado, 15 de abril de 2017

Héroes anónimos


Hacen de su vida un acto de entrega a aquellos que mas lo necesitan, a veces incluso corriendo riesgos.
(Antoni Pedragosa)

Creamos a los héroes para parecernos a los dioses y pretender que el destino se puede torcer; pero olvidamos que ser héroe implica un fin generalmente violento.
(Ibrahim S. Lerak, Cuaderno de notas)

Tenemos el sentido del heroísmo no precisamente para practicarlo, sino para aplaudirlo.
(Anónimo)


Durante el paseo S.M. me preguntó sobre la conveniencia de instituir un premio que incitara al pueblo al progreso. Dudaba entre un premio a algún tipo de ciencia o algo más cercano y que realzara la convivencia, como un premio "al héroe anónimo". Me animó a decirle abiertamente lo que pienso. ¿Qué otra posibilidad me quedaba que complacer a S.M., y decirle lo que pienso y no lo que realmente deseaba oír? 

-- Tenemos un problema, Majestad, los verdaderos héroes, no salen en las páginas de los periódicos, ni en redes sociales, ni en TV. No lo son quienes son alabados por gestos extremos en su profesión. Vos no lo sois por mantener la paz en el reino, ni lo es el conductor que evita un accidente con una maniobra arriesgada. Los héroes anónimos de verdad son las personas que en un acto privado, íntimo y sin publicidad se sacrifican por los demás, comparten aquello que no tienen suficiente o todo lo que tienen sin pedir nada a cambio y sin que les llene su ego; son los que están luchando dentro de Siria, son los que ayudan en Myanmar a los rohingyas, son los dan de comer a los necesitados. Son esos enfermeros que no interrumpen su trabajo pese a haber acabado su jornada laboral, esos voluntarios que creen en una causa humanitaria y que realizan sus actos en cualquier sitio. No hace falta trabajar en una ONG, basta consolar a quien a perdido la fe en la vida, ayudar a quien duda y necesita una oreja, a quien precisa la mano que le une al mundo. Ésos héroes, Majestad, son los anónimos de verdad. Carecen de nombre especial pero mantienen la ilusión en una sociedad humana y solidaria. Son los que en su lucha por la justicia y la igualdad mojan de ilusión y esperanza las almas y esos héroes, muchas veces ni siquiera son conscientes de que lo son. 

No les encontraremos Majestad. El pueblo señalará al bombero que salva al niño del incendio con riesgo de perder la vida. Un acto noble, si, pero dentro de lo que se espera de él. Esperamos que el capitán abandone el último el barco y si no lo hace es un cobarde. No hay que elevar a héroe a quien simplemente cumple con su profesión y cometido, aunque lo haga muy bien. Realizan hazañas y nos acercan a los dioses, quienesquiera que sean éstos. Como los héroes clásicos poseen una gran inteligencia, aunque quizá sea más emocional, y más social que de IQ. Cuando mueren han dejado un legado, diseminado entre las gentes y entran pronto en el panteón del olvido. Ni muertos desean la gloria.

Son gente con coraje y gran fuerza interior, inconformistas y a la vez idealistas; la mayor parte de las veces con vidas complicadas que les han hecho evolucionar y ser diferentes a los demás; han sorteado las pruebas de la vida, pero a diferencia de los héroes mitológicos nacieron normalmente y no hubo intervención de dioses ni seres sobrenaturales en su gestación. Sin embargo algo les une a lo héroes de los cantares: se rigen por valores universales. No tienen miedo a la muerte en realidad, creen en la pervivencia del espíritu humano. Y un último apunte, Majestad, el mal es ruidoso, el bien suele ser invisible y siempre silencioso, recordad al refranero: Ni el bien hace ruido, ni el ruido hace el bien.

-- ¿Entonces un premio científico?

No, Majestad, tampoco. Eso beneficiaría solo a algunos, pocos y muy determinados. Si es por lo hecho es inútil como acicate, si es por lo que se pretende hacer es un riesgo si el proyecto fracasa. En cualquier caso premiaríais a la élite, no al pueblo.

-- ¿Qué me recomienda el albardán?, me preguntó sonriendo con cierta ironía

-- El descarado de vuestro servidor os recomienda que invirtáis en beneficio del pueblo, Majestad. De todo el pueblo. Invertid en promocionar los valores sin anclarlos al pasado; invertid en educación con visión de futuro; invertid en premiar el pensamiento. Con ello alentaréis a los héroes anónimos, les daréis fuerzas y vuestro pueblo progresará. No irá directo a la felicidad, pero si estará en el camino correcto. Invertid en valores y educación, Majestad.

Acabó el paseo y algo le debió quedar a S.M. porque hizo llamar al ministro de educación. Ojalá no le pregunte y solo disponga, los especialistas son los peores consejeros pues se ahogan en sus consideraciones.


viernes, 24 de marzo de 2017

El pozo de los deseos o reconstruir la vida



Una carrera llena de éxitos es algo maravilloso, pero no te puedes abrazar a ella de noche cuando tienes frío.
(Norma Jeane Mortenson alias Marilyn Monroe)

El éxito consiste en tener lo que se desea, la felicidad en disfrutar de lo que se tiene.
(Ralph Waldo Emerson)


La vida es un 10% lo que sucede y un 90% como reaccionamos.
(Charles R. Swindoll)



Querido nieto,

Dentro de unos días inicias una nueva vida. Te he preguntado por el regalo que te gustaría y me has dicho que nada, que ya te lo he hecho al cuidarte con amor y dedicación, que bastante tengo con cuidarme yo para seguir animándote y darte a escondidas los pasteles que en casa no te dejaban comer. Pero para eso estamos los abuelos, para deseducar y aguantar a los padres que nos riñen por ello. ¡Bah! Placeres de viejos, que se chinchen los padres.

La verdad es que me gustaría regalarte algo de valor, pero la pensión no da para muchas alegrías aunque no me quejo; a mi edad las necesidades son pocas y las importantes no se suelen pagar con dinero. Algo encontraré para regalarte pero no me resisto a darte algo muy preciado para mi: mis desatinos. Mi estado y mi edad me hace notar que aunque todos los días van hacia la muerte últimamente parece que tienen más prisa, así que antes de que no te lo pueda decir lo hago ahora. La vida tiene sus ritmos y secretos, cierto, pero podemos aprender de los mayores. Eso de honrarás al padre y a la madre que comenta el Éxodo no es más que un modo de avisar a la juventud, es un aprended de los errores de los mayores y también de sus aciertos. La muerte no me asusta, ya lo hemos comentado varias veces, lo que me da pena es la tarea inacabada y la no cumplida. 

Cuando miro atrás veo esas cosas que leí y que cayeron en saco roto. Lástima, lo malo no es leer, los libros son como las abejas, llevan el polen de sabiduría de mente en mente pero no todas las mentes están preparadas. Hay que tener dos cosas para entender: ganas y edad. Leer a Heidegger a los 14 aunque tengas ganas no sirve y leer a los 85 a Grimm cansa. Así que déjame que te dé unos consejos de vieja. Ya tienes la edad y el entendimiento. Créeme que si pudiera ir al pozo de los deseos son los elementos con los que, quizás, reconstruiría mi vida. Y digo quizás porque tampoco estoy segura de que no me dejara llevar por la emoción. Espero haber aprendido a ser menos impulsiva y menos obediente. 

Me hubiera gustado ser más yo menos los otros; realizar mis sueños o al menos intentarlo y no llevar la vida que otros esperaban de mi. Si tienes claro lo que te hace feliz, ¡hazlo!, no te dejes influenciar por los demás aunque sean tus padres, jefes o la sociedad entera. Quizás vivas peor de lo que podrías vivir pero la realidad es que simplificar el estilo de vida es algo a considerar seriamente. No siempre se necesita todo el dinero ni todos los honores que nos seducen. Tiene una ventaja la vida más sencilla: se encuentra espacio y tiempo para vivir más felices y disfrutar con los amigos y la gente que nos importa. Cuando la salud y la juventud pasan, la amistad se muestra aún más valiosa.

Muchas veces nos sacrificamos por los demás (o nos convencemos de que lo hacemos) y cerramos los ojos a que nos duele seguir con el sacrificio cuando ya no es necesario. La costumbre nos ha modelado y no lo notamos o nos convencemos de que es mejor para nosotros. Tememos los cambios cuanto mayores nos hacemos. 

Me hubiera gustado tener el valor de expresar mis sentimientos, de decir lo que pienso. Hay que entender que la confrontación es necesaria en la sociedad. La vida siempre apacible y sin discusión es falsa, es cómoda pero no es real. La mentira social es necesaria en muy pequeñas dosis. Ser uno mismo aceptando a los demás, aunque nos moleste, es el camino para vivir nuestra vida. Una vida más feliz, no olvides que la felicidad es una actitud ante la vida, no algo que nos venga de fuera o nos afecte por decisión divina.

Un modo de llegar a ese estado de conformidad con uno mismo es crear. Quien no sabe crear destruye y quien destruye es nocivo. Hay que soñar, realizar los sueños y notarse vivo, algo que no es estático, que es dinámico y que implica a los demás. Prueba, desarrolla, arrasa, para, sigue... pero muévete. Vive la vida. De modo sano y juicioso, pero vive, no dejes que sea ella quien te mueva a ti. En el siglo XIX decían que Dios había muerto, parece que en el XX y en el XXI sea el ser humano quien muere. No seas un robot social, piensa y manifiéstalo.

No podrás cambiar el comportamiento de la gente. Pero ¿es eso lo que hay que hacer? ¿No es mejor hacerles entender? Cambiar su escala de valores y sus creencias. Si consigues cambiar su modo de pensar, aunque sea un poco, la gente se comportará de modo diferente y pueden sorprenderte en positivo yendo más allá de lo que incluso harías tu.

Es posible que pierdas pronto a alguien muy querido. Has de saber que, como decía San Agustín, los muertos son invisibles, no ausentes. La ausencia duele. El problema no es el dolor. El dolor hace sufrir pero no te destruye. El problema es la soledad engendrada por el dolor. Es lo que te mata lentamente, lo que te aísla de los demás y del mundo. Notarás una vez más que la amistad es fundamental en la vida. Lo amigos no te dejarán que vistas la coraza del "yo puedo". 

¿Qué más decirte? Poco más, no me gustaría que te des cuenta de lo que es vivir cuando ya se acaba el tiempo, por eso te lo vuelvo a decir, Antonio, no dejes que la vida te lleve. ¡Vive, sueña, sé y actúa! Pero no te olvides de compartir, amar y pensar en seguir mejorando tú y al entorno.

Se me ha hecho larga esta carta pero la vida es difícil de resumir y más para quien no tuvo instrucción salvo los reveses que el destino quiso imponerme. Por suerte no lo consiguió en todas las ocasiones.

Tu abuela, que te quiere 



miércoles, 22 de marzo de 2017

Sobre la culpa


Donde hay culpa no puede haber excusa pues la voluntad no puede ser forzada.
(F. Diego de Estella)

La culpa permite olvido y perdón.
(Francisco Manuel de Melo)

Cuando te sientas culpable analiza si realmente lo eres, si lo eres aprende a pensar antes y si no lo eres, aprende a creer en ti.
(Ibrahim S. Lerak, Cuaderno de notas)


La reunión del círculo este mes trató sobre la culpa, ese "algo" que no nos hace sentir bien y muy manido en religión y en los procesos de autoestima. Todo converge hacia una liberación del sentimiento de culpa. Hay que dejarlo ir dicen unos, hay que sentirlo para mejorar dicen otros. Nuestro ponente nos dio su visión y algunas afirmaciones provocaron que la tertulia fuera larga y viva. En esencia nos dijo:

La palabra culpa proviene del latín “culpa” que significa falta o imputación. En griego culpa y causa son la misma palabra: aitía. Lo que se provoca tiene consecuencias y si son negativas aparece la culpa. Este sentimiento también puede estar presente cuando se omite de manera intencionada un hecho. Por lo tanto podríamos decir que la culpa es la negligencia o acción imprudente que perjudica a otra persona pudiendo llegar a provocar una sanción de tipo legal. Pero en realidad esto es la responsabilidad por el acto realizado. No es la culpa emocional. Responsabilidad y culpa van de la mano, pero no son lo mismo.

La culpa es un sentimiento y está relacionada con otra emoción más básica: la vergüenza. Confundir culpa con vergüenza incrementa el malestar emocional ya que al mezclarse se retroalimentan entre sí. Mientras que la culpa aparece ante el dolor por el daño causado, la vergüenza se experimenta cuando nos percibimos con la falta de una habilidad o capacidad que se presumía deberíamos tener. 

El sentimiento de culpa, si no lo tratamos bien interiormente, nos acompaña toda la vida creando un vacío negativo en nuestra personalidad. Nos frena y nos impide ser lo que queremos ser. Se nos imbuye desde pequeños (aparece ya con 3 o 4 años) y nos lleva a entender que no somos libres, que todo lo que hacemos repercute en los demás y que si esto es negativo, no solo somos responsables de ello sino que debemos considerarnos causantes y arrepentirnos. Nos generan un responsabilidad de nuestros actos y pensamientos para obrar en función de un bien teórico establecido por otros y sobre nosotros. Nos enseñan a entender la vida como un juego de obligaciones y responsabilidades sin dejarnos ser libres y siempre en dependencia de los demás hasta lo enfermizo. Un círculo vicioso que acaba produciendo una infelicidad constante ya que mata la individualidad. 

En la educación el sentimiento de culpa se usa para manipularnos. En la moral ocupa un lugar fundamental para guiar la forma de obrar en el modo en el que se considera que todos deberíamos actuar. Nos enseñan a sentirnos culpables de que nuestra acción no tenga el efecto previsto por otros y sea percibida como negativa. Es evidente que es un sentimiento forzado, imbuido, postizo; pero necesario para adaptarnos al entorno. La culpa frena la libertad haciéndonos pensar en el prójimo. Por ello debe ser dolorosa y crear el sentido de falta, de haber ido más allá de las normas éticas personales o sociales. Su función es hacer consciente al sujeto que ha hecho algo mal para facilitar los intentos de reparación. Una reparación que solo tiene función social en realidad. 

Para que haya culpa han de darse tres elementos: un acto causal que puede ser real o imaginario, su auto-valoración negativa por haber producido un daño y los remordimientos, la emoción negativa derivada de la culpa. Hay dos tipos de culpa: la sana y la mórbida. Culpa sana es la que aparece tras causar un perjuicio real a alguien. Es la que nos ayuda a respetar las normas y a no perjudicar a los demás. Es un castigo que conlleva una responsabilidad y un remordimiento. La culpa mórbida es la que se siente aunque no haya existido una falta objetiva que justifique este sentir. Esta culpa es destructiva y no ayuda a integrarnos en la sociedad. Suele darse por exceso como en la depresión o por defecto como en los casos de perfeccionismo.

La culpa está asociada a una responsabilidad y a un remordimiento, tiene un fin social pero es estrictamente personal. También está asociada a la libertad. Para Aristóteles si se actúa por necesidad uno no es culpable (pero si responsable) puesto que para poder sentirse culpable uno debe obrar libremente y no de modo obligado. Un soldado del pelotón de fusilamiento que obedece órdenes será responsable, pero por no ser libre de acción no será culpable si ejecuta a un reo siguiendo una orden. Claro que esto nos lleva al tema de la libertad, de si hay comportamientos libres o no. En un entorno determinista total no hay culpa ya que todo está prefijado de antemano. O
brar libremente significa también sin la influencia de las pasiones, es decir con las emociones contenidas, con metriopatía pero la responsabilidad sí existe ya que la acción se produce. En otras palabras, sin libertad y sin emoestabilidad --entendida como contención de las pasiones-- no deberíamos sentirnos culpables por nuestras acciones. Algo muy diferente de lo que nos exige la sociedad y de lo que la religión cristiana nos impone.

Según santo Tomás, el equilibrio entre las pasiones es prácticamente imposible. El hombre es incapaz de contenerlas. Además en la libertad del individuo no solo actúan fuerzas internas, sino causas sociales como las costumbres que nos llevan a actuar sin pensar y por imitación. Para estar libres del sentimiento de culpa deberíamos pensar antes de actuar en todo momento. ¿Se puede? Pensar es algo que se hace sin ser conscientes de ello, se produce sin que lo notemos. Es lo que Descartes llama conciencia, el conocimiento inmediato de la actividad que realizo. Inmediato en tiempo y en acción. El sentimiento de culpa es entonces solo debido a la precipitación por no pensar antes de actuar. ¿Podemos reflexionar ante cada acción? Posiblemente solo en teoría y en otra sociedad diferente. Si resulta que actuamos obligados sea por las prisas o por otros motivos internos como las emociones o externos como la imposición social (no olvidemos que la prisa también es una imposición social) entonces... entonces no deberíamos sentirnos culpables más que en contadas ocasiones y aún así no tendríamos razón para sentirnos culpables. La culpabilidad es imbuida, no es un sentimiento natural.

....Fue larga y variada la discusión que siguió. Acabamos muy tarde, pero nadie se sintió culpable por ello.





viernes, 10 de marzo de 2017

Poemas que me hubiera gustado escribir (4)



Al partir, me quedan cosas que acabar...

Al partir, me quedan cosas que acabar,
                                                          al partir.
Salvé la gacela de la mano del cazador,
pero siguió desvanecida, sin recobrar el sentido.
Cogí la naranja de la rama,
pero no pude despojarla de su corteza.
Me reuní con las estrellas,
pero no pude contarlas.

Saqué agua del pozo,
pero no pude servirla en los vasos.
Coloqué las rosas en la bandeja,
pero no pude tallar las tazas de piedra.
No sacié mis amores.
Al partir, me quedan cosas que acabar,
                                                          al partir.


(De  Nazim Hikmet , Últimos poemas 1959-1960-1961; versión de Fernando García Burillo
Ed. del oriente y del mediterráneo, 2000)

lunes, 6 de marzo de 2017

Ego te absolvo / On Forgiveness



Hay que perdonar al humilde y hacer la guerra al soberbio.
(Virgilio)

El perdón es a menudo el padre de la reincidencia.
(W. Shakespeare)

Perdona pero no olvides.
(Sabiduria popular)

El que es incapaz de perdonar es incapaz de amar.
(Martin Luther King)



The last meeting of the members of the circle of the square table had as central point: "Forgiveness". A concept that we all seem to understand but when we try to define starts to have some problems as our speaker told us. Hereunder his speech.


It would seem that we all know what we mean by forgiveness. But do we know its function, types, convenience or even its relation to love and social cohesion? Let’s start defining it. The Merriam-Webster dictionary remits us to forgiving and from here to the verb to forgive which can be transitive or intransitive:

transitive:
            to give up resentment of or claim to requital 
            to grant relief from payment or restitution

intransitive:
            to cease to feel resentment against (an offender)

We find a duality in forgiveness: we can “give” forgiveness and feel forgiveness. We could call it “material forgiveness” (what we don’t get back) and “moral forgiveness” (what affects us internally).

To speak about forgiveness we must have the following: an offender or somebody causing pain, an offended or somebody feeling the pain, and the knowledge that at least according to the criterion of the damaged person an affront has been produced.

So, forgiveness is personal and only by extension social and has two direct consequences:
1)   Stops the asking for any kind of payment for the done harm (moral or not).
2) Generates a (moral) right. Forgiveness is the waiver of a right of the victim. A kind of right to put back the damaged dignity.

It seems clear that an offense generates necessarily damage on the victim, but if we leave aside the ethics of human relationships, if we leave aside for a moment our vision of how things should be just because we were taught so, beyond rage and indignation, why should we assume that always that we feel an affront this creates a certain right? It is not simply a fact of life? And besides, is it always useful to forgive? Changes the situation in any way?  Note that till here we have not spoken about the offender.  Can be considered really an offense an affront that is made without intention? Has the offended the right to judge without knowing the intention of the offender? If yes, means this that we are superior to the rest because we feel offended? If not, why do we do it?

Forgiveness is the personal decision not to feel resentment or anger towards the causing person. Some even define forgiveness as the act of forgetting an affront. To grant forgiveness, do we have to learn to forgive and forget? Can we forgive an offense but not the offender? Probably yes, if what we express is that we don’t take into account the offense but don’t forget and keep somehow away from the offender fearing a new offensive act or because we are deeply deceived. Can we really do it? We can think and reason, but can we decide what to feel or not? Can we even conscious- and willingly select what to remember or not? If feelings, emotions and memory are not dependent on our will, then … to forgive is never sincere and is merely acting because the felt offense and its place in our memory can’t be erased. We only pretend it didn’t exist, we act as if it didn’t happen. Only this. So, does forgiveness exist really if it is only pretending that something didn’t exist? Moreover, the ability to forgive is considered a virtue in society. Is then a virtue to ignore reality or is just socially convenient?

When somebody damages us the immediate reaction is to go against who did it but this reaction can bring problems. When someone hurts us it is as if a big snake would bite us causing immense wounds. Once it has stopped the cure may be long and even cause some pain but the wound will close at the end. What happens if the snake has left poison inside us preventing the wound to close? At short term, we try to prevent that the harm continues but the most common poisons are the revenge, the eye for an eye and seek justice and get back what we lost above all. This poison can be acting for many years and we will lose joy, strength, and energy. Whenever we think about the offense, whenever something reminds us of it we will feel the same pain or even more. The wound won’t close. The offense generates a certain sense of aggression and forgiveness is a repression of this reaction. A psychologist would say it creates a neurosis due to not liberating it. Up to the extreme to say that forgiveness is not only impossible but the cause of a disease. No wonder that Nietzsche wrote: "forgiveness is a mechanism of the weak that will eat the nails when in reality wants to eat the eyes to the offender."

Remove the snake’s poison means to stop wanting to take revenge, stop destructive behaviours towards who bit us. Therefore, if we want the wound to heal, we have to leave voluntarily the thoughts of revenge. The process of forgiveness doesn’t imply the abandonment of the search of justice or of leaving our rights, it is only not to search in it an emotional relief that makes it difficult to advance in other interests, objectives and values we have or may have. In other words, has a therapeutic effect to be better with us and with the rest of the society. We don’t deny that something has happened. It won’t change the past but allows us to continue and influence the future. We arrive then to the conclusion that forgiveness consists in a voluntary change of the immediate reaction of destructing behaviours directed against who has caused the damage by other constructive.

This means that the function of forgiveness is social. Serves, not just those directly involved, but also to society as a whole because it contributes to keeping peace and social cohesion preventing spirals of revenge. Is not surprising the most religions, self-esteem books and other live-well-philosophies insist on the need to forgive. If the process of forgiveness is properly made, the feelings towards the offender will change accordingly.

Forgiveness is not a single act which is made in a given time, is an on-going process to be completed over time. Forgiveness is a task of several levels. The first: to stop destructive behaviours (as stop to seek revenge or justice, complain to everyone, consciously want evil to the perpetrator, pray that it happens something wrong to him, etc.). The second: to conduct positive actions towards it. Forgiveness, if there are positive responses by the forgiven, can also restore confidence in the aggressor.

As there are different levels of forgiveness, to really understand it, it would be necessary to explain in detail the process to follow to forgive but this is not the object of today’s speech. Let me finish with two thoughts:

First, forgiveness fulfills a social function, which is obvious and it is not possible to bypass. But if we want to get to know ourselves, every time we forgive or ask to be forgiven maybe we ought to consider if we really need to do so, the intention that we strive, and if in doing so we are not refusing to take the world as it is.

Second, imagine that you are sitting in a field on a warm summer day with a light breeze and you can feel the Sun on your face. As you relax your mind starts to wander and a steady stream of butterflies begins to fly around you. There is a wide variety of them... some are familiar, attractive and soothing, while others are ugly, unpleasant and make you feel really uncomfortable. You feel obliged to extend the hand to hold the known and beautiful while pushing away the uglier and disturbing. Continuing the fight, you start to notice that those butterflies that you tried to send away are now more numerous that the beautiful butterflies that you try to hold, and the fight becomes each time more difficult and exhausting. 

The thoughts can be like the butterflies. If you keep them with excessive force or try to scare them away, they overwhelm you or may die in your hands. However, if you are willing to observe your thoughts (without considering how they make you feel) as if they were butterflies that simply land on the palm of your hand, with time they will go flying, leaving space for other thoughts and experiences that will come.

It was a long discussion after the speech. That an offense could only exist in our mind without being real and that it can be even felt to escape from real life were arguments that took most of the time. The speaker provoked, the audience reacted. We had a good time.

jueves, 23 de febrero de 2017

Sobre la justicia



Justicia:
Principio moral que inclina a obrar y juzgar respetando la verdad y dando a cada uno lo que le corresponde.
(DLE: Diccionario de la Lengua Española)


Si la justicia es igual para todos, no es justicia.
(Ibrahim S. Lerak, Cuaderno de Notas)


Una vez más me llamó S.M. a horas intempestivas. Se ve que es cuando, acabado el día, recapitula y medita. Las llamadas de S.M. por la noche suelen ser por temas filosóficos y me impiden dormir, pero como fiel súbdito acudo, escucho y digo la mía aunque no sea una opinión que le agrade. Me requiere para que diga lo que pienso, no para alabarle. 

Esta vez no fue diferente, nada más llegar me espetó: ¿Es mi reino justo? ¿Hay justicia en el pueblo? ... Y me lió. ¿Qué iba a decirle de madrugada? Pues lo que llevaba dentro. 

Majestad, la justicia se define como un valor determinado como bien común por la sociedad. Nació de la necesidad de mantener la armonía entre sus integrantes y por lo tanto es el conjunto de pautas y criterios que establecen un marco adecuado para las relaciones sociales. También podríamos decir como en Roma que Iustitia est constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi, «La justicia es la constante y perpetua voluntad de dar (conceder) a cada uno su derecho». Precisamente éste es el problema: conceder a cada uno su derecho. Hay que determinar cual es ése derecho y si todos tienen los mismos derechos y obligaciones, incluido el estado, Majestad. 

Permitidme citar al presidente Lincoln y como él, afirmar que la más estricta justicia no es siempre la mejor política. Pedimos a los súbditos que vivan honestamente, que no hagan daño a nadie y que crean en una justicia que da a cada uno lo que le corresponde. Un problema sin duda, porque la vara de medir depende de quien mide y de quien es medido. ¿Tiene el mismo castigo el robo de una barra de pan cuando se hace por necesidad o por simple diversión y ganas de no pagar? Si la ley castiga el robo debe hacerlo en general, sin entrar en detalles. Dura lex, sed lex por seguir con los romanos y sin embargo no es justa si la condena es la misma en ambos casos. Depende entonces la aplicación y su consideración de un juez, que es humano, con emociones y vivencias diferentes a otros jueces. La ley es justa cuando no aplica la misma pena al delito en sí y tiene en cuenta las circunstancias, pero es injusta cuando depende de un administrador que la aplica diferente que otro

Por otra parte, no todos los hombres son iguales. Unos han desarrollado más ciertas habilidades que otros. Sus capacidades son diferentes y por ello sus obligaciones reales y morales también han de serlo. Si la justicias es la misma para todos, entonces, Majestad, no es justicia. La justicia tiene que ser renovada y pensada más equitativa y radicalmente. Hay que extender la justicia a ámbitos de vida que no han sido considerados, hemos de poder hablar de justicia sexual, económica, de acceso al conocimiento, de justicia meta-social. Y todo ello sin dejarnos llevar por la voz del pueblo. La voz de la mayoría no es prueba de justicia. Las masas rara vez son justas y siempre son emotivas. Ser bueno, ser condescendiente es fácil, lo difícil es ser justo en cada momento. 

Incluso en los países en los que la población menor de 40 años es mayoritaria la justicia ha de ir a remolque de las costumbres sociales. No puede avanzarse en exceso a ellas porque éstas se han de consolidar y ser algo más que una moda. Por ello hay que trabajar en lo nuevo y aligerar las condenas de lo viejo si es que han perdido actualidad. No puede ser la justicia la misma y mucho menos la pena en una sociedad como Asiria bajo Hammurabi o la actual en Occidente, ni ésta comparada con la de Oriente. Toda justicia se debe medir en un entorno social y en una época determinada. Ni es tiempo del ojo por ojo ni es tiempo de mantener la esclavitud bajo cualquier forma que ésta haya evolucionado. Pero las formas cambian y por tanto la justicia ha de cambiar, igual que las penas. La justicia no debe ser simplemente racional, pero no puede ser emotiva; ha de ser simplemente humanística sin diferir grandemente de un veredicto a otro o al menos los precedentes no deben ser tomados en consideración ya que cada caso es único, como lo son los jueces, los encausados y los acusadores.

Me preguntáis si hay justicia en el reino, temo que la respuesta es ni sí ni no, sino todo lo contrario. Hay leyes que se cumplen mal, leyes que se incumplen y jueces que opinan pero no interpretan las leyes. El sistema es lento y pesado. Sin embargo los derechos mínimos están salvaguardados por la justicia. La justicia no está en quiebra, pero lo estará si no se actúa rápido y se recuerda que para ser justos las leyes no se deben aplicar igual a todos

Una vez más S.M. me despidió con la mirada y se quedó meditando. Creo que entendió que el juez debe tener el libro de la ley en la mano y el entendimiento en el corazón, aunque yo preferiría que repasara los Proverbios de la Biblia y se fijara en aquello de Rey que juzga con equidad a los humildes, su trono afianzará para siempre.


domingo, 12 de febrero de 2017

Yo soy el que soy / I am that I am (III)



Puede que realmente seamos dioses, pero sin escuela. Necesitamos aprender.
(Ibrahim S. Lerak, Cuaderno de Notas)

No es posible la educación de masas, solo la de individuos. Lo contrario es adoctrinamiento y va en contra de la libertad.
(K, anotacioes dispersas)

La escuela, la fábrica y la cárcel constituyen las tres grandes instituciones donde se forja, populariza e interioriza la noción de un sujeto autoconsciente responsable de sus actos.
(Raimundo Cuesta, La escolarización de las masas, un sospechoso y "feliz" consenso transcultural, Cuadernos de Pedagogía, 334, 2004))



Había causado impacto el último conferenciante provocando con su "somos dioses" así que le pedimos una tercera intervención que resumiera el tema y nos aclarara algunos puntos porque los debates anteriores habían sido largos, interesantes y realmente incitadores.

Podemos resumir lo expuesto anteriormente en unas pocas afirmaciones con las que podemos estar o no de acuerdo, pero que son reales:
     .- lo que vemos en los demás es nuestro yo en fragmentos, tanto lo que nos gusta como lo que no nos gusta
     .- todo lo que existe es producto de un sueño
     .- detrás del sueño está nuestro cuerpo
     .- si no nos gusta nuestra vida o cambiamos el sueño o nada pasará
     .- sólo tenemos un enemigo para cambiar: nosotros mismos

Pero hay que ser sinceros y honestos, no basta con soñar ni desear. Ya hemos dicho que el deseo ha de ser profundo, real, visceral; pero no basta, hace falta un plan, sin plan es solo un deseo ligero, no un sueño. Hay un plan secreto, interno, que es el de no hacer nada porque nos destruye, destruye lo que hemos hecho y logrado hasta ahora. Es el que elaboramos internamente para no salir de la zona de lo conocido, del confort de lo habitual. La verdadera lucha es contra el yo que nos impide ser libres. 

Mucha gente lleva una vida que podríamos llamar insulsa en el fondo, como hipnotizados por la sociedad y uniformados vamos hacia la muerte del hombre individual. El camino de la insatisfacción permanente nos lleva a abandonar todo intento de salir del círculo. Darse cuenta de ello es el primer paso para reconocer que somos nuestro obstáculo para el desarrollo de nuestras capacidades. SOÑAR, con mayúsculas, nos evita ser marionetas. La vida no es la causa y el hombre el efecto, es al revés. Yo sueño y creo realidad y por ello mi vida. En los demás vemos lo que hay que hacer y lo que hay que eliminar porque todo está en nosotros. Soñar también es jugar a "quita y pon". Quita de ti lo malo que ves en los otros, pon lo que admiras de ellos. Nos es más que potenciar lo que tenemos y somos. "Ellos" son nuestra proyección. No hemos de crear nada nuevo, lo tenemos dentro.

Cierto es que es una guerra con muchas batallas que solo se ganan con dos armas: voluntad y constancia. Lo que cuenta es el compromiso interior y el saber reaccionar; evitar que el pensamiento negativo nos vaya corroyendo. El sueño es realidad sin tiempo, es la semilla de la creación. El mundo es como es porque nosotros somos como somos y no al revés. 

En cuanto a lo de ser como dioses ... bueno, moriremos. La inmortalidad no es evitar la muerte más bien es amar (del a-more: no muerte), crear y perdurar en los sueños. Pero antes de acabar, una última reflexión: el deseo material no es sueño, es tiempo y no podemos poseer el tiempo. El sueño es la ausencia del tiempo, solo así creamos realidad.

Siguieron las intervenciones de los asistentes, una vez más la ponencia había sido provocadora, muy provocadora de hecho. ¿La consecuencia? Cuando llegamos todos a casa éramos dioses en potencia.



viernes, 10 de febrero de 2017

Yo soy el que soy / I am that I am (II)



“Existe la convicción de que tenemos el potencial de ser creativos y de transformar cómo percibimos o experimentamos la realidad. Esto nos otorga una responsabilidad y un poder certeros sobre nuestra vida diaria. Imaginar la vida es una forma de enriquecerla porque la imaginación tiene un impacto sobre la realidad: sabemos ahora que el cuerpo se modifica química y fisiológicamente al ritmo de nuestros pensamientos.”
(Elsa Punset, Inocencia radical)


Si no podemos cambiar ¿dónde queda el libre albedrío?
(Ibrahim S. Lerak, Cuaderno de Notas)


Dicebamus hesterna die... así comenzó la segunda parte de la presentación, la que pedimos al ponente al hacerse evidente que realmente es nuestro estado de ánimo quien crea la realidad. Habían pasado ya más de un par de semanas, pero citó la frase de Fray Luis de León para marcar la continuidad. 

No esperes resultados diferentes si siempre haces lo mismo. Es la famosa frase atribuida a Einstein, que en nuestro caso podemos reformular como si siempre haces lo mismo nunca sabrás lo diferente que puedes ser. Algo que parece obvio pero que necesita un principio, ése de romper la resistencia del que hablábamos la vez pasada.

¿Cómo reaccionamos ante un suceso? En función de nuestro estado de ánimo. Si se vierte el café sobre el traje nuevo antes de una entrevista el resultado es ira dirigida contra quien ha causado el desbarajuste. Si se vierte sobre la camisa o los pantalones que no nos gustan y nos ponemos por obligación, la reacción es casi de alegría y no solo no hay enfado sino que hay hasta risas. Es evidente que son nuestros estados de ánimo los que condicionan los hechos: nuestra reacción nos hará tomar un camino u otro y por lo tanto condiciona una secuencia de sucesos y realidades diferentes. Si el estado de ánimo condiciona la realidad y ésta a su vez al estado de ánimo... ¿cómo rompemos el círculo vicioso? Se rompe pensando. Parando. Liberando la mente de la emoción y dominándola. Los hechos son la materialización de nuestro estado emocional, no de nuestra razón que normalmente es débil y solo justifica los hechos pero no detiene a las reacciones. Si no lo hacemos no avanzaremos. Dicho de otro modo: nuestros pensamientos crean un camino, una realidad y atraen los sucesos del futuro inmediato. Y recordad que no dejamos de pensar. Nos da la sensación de que las cosas vienen de la nada, no somos conscientes de nuestra elección cada momento. Nada sucede sin nuestro conocimiento y voluntad aunque no seamos conscientes de ello. Nada personal. La muerte de un pariente o amigo puede no estar relacionada con nosotros, o quizá si; pero eso es algo muy complejo y teórico de momento.

Pensar es crear destino. Los estados interiores y la realidad de los sucesos es lo mismo. La misma relación que materia y energía. Dos caras de la misma moneda. Una de las verdades populares dice que lo similar atrae a lo similar. Si nos preguntamos la razón de que algunos tengan éxito y otros no y lo hacemos honestamente veremos que la base real está en el deseo, en la voluntad en la reacción racional. Esto ABRE un destino. Es muy fácil decir yo soy como soy y si no soy más no es culpa mía, me hicieron así. Nada más falso que esto. Somos como somos porque queremos ser así. O modificamos las reacciones ante lo que nos ocurre (en algún momento hay que empezar) o seguiremos como antes. Si cambiamos el estado interior -ya hemos dicho que es necesario parar y pensar- modificaremos los sucesos, modificaremos el pensamiento y por ende la vida.

Para ese paso de bruto emocional a ente racional hay que seguir tres etapas:
.- la auto-observación
.- el razonamiento
.- el reconocimiento

La auto-observación que nos lleva al camino de la auto-corrección. Hemos de quitar las máscaras del pobre de mi, de nuestros miedos -lo más difícil porque no sabemos si son miedos o realidades aunque siempre son miedos que crean realidades- y las de no podré.

El razonamiento para no caer en la tentación de pensar que todo nos viene sin causa ni razón. Si no lo entendemos y enmendamos, todo seguirá igual una y mil veces.

El reconocimiento del mea culpa. El mea culpa del credo que hemos tomado como algo religioso y es mucho más que eso. Es la muestra de la puerta del nuevo camino. Lo que me sucede es porque yo lo atraigo. Mea Culpa, sí y si lo vemos y entendemos ya habremos entrado en el camino de las realidades positivas.

¿Pero es realmente posible cambiar la realidad? La respuesta es un SÍ, en mayúscula. Solo dos apuntes, los estudios de Bruce Lipton que explican el cambio a nivel celular (esto para los puristas de la ciencia) y el efecto coche. El efecto coche, que es válido con otras cosas, pero más cercano con el coche. Cuando queremos comprar un coche determinado "de pronto" el mundo está lleno de coches iguales al que queremos comprar. Ver esto nos refuerza y nos justifica la compra. ¿Hay más coches iguales al que queremos comprar de golpe? Obviamente no, es que nuestra mente nos muestra más un aspecto de lo que nos rodea, somo más permeables a nuestra realidad. Acotamos el global y fijamos el interés en algo... que nos conduce a reaccionar de un modo que a su vez crea una realidad que antes solo era una posibilidad.

Para ello, de nuevo os digo, paremos, pensemos y soñemos. El sueño convierte el pensamiento en realidad con el tiempo. Recordemos que el mundo puede ser una pesadilla violenta si olvidamos que somos nosotros quienes lo creamos.


Siguió la discusión tras la provocación del ponente. ¿Realmente somos creadores? Si lo somos, ¿somos dioses? ¿Tenemos libertad para serlo? Fue larga la sesión y salieron varios temas para tratar en las próximas reuniones.




sábado, 4 de febrero de 2017

Yo soy el que soy / I am that I am



Crear orden es pasar de un estado frecuente y ordinario (como un bloque de mármol inicial) a otro altamente improbable y único (la obra de arte), de mayor perfección.
(J. Wagensberg)


El sentido de la vida no lo sabemos, pero será el que seamos capaces de darle.
(Ibrahim S. Lerak, Cuaderno de Notas)

Hay un pequeño espacio entre los deseos y los logros pero solo se atraviesa con el deseo profundo.
(K., Anotaciones Dispersas)



La última reunión mensual del club de los narizones fue curiosa. Todos tenemos en común esa nariz especial que nos hermana, nos hace diferentes a los demás y nos lleva a mostrar orgullosamente que somos especiales. De eso iba precisamente el tema, del Yo soy YO. No era de extrañar que el ponente empezara citando el versículo 3:14 del Éxodo  "Yo soy el que soy" y plantear la pregunta típica: ¿Qué queremos decir cuando decimos “yo soy, yo creo, yo…?

Aparte del bíblico “Yo soy el que soy” ¿Quién sabe realmente lo que es y quién es? Solo quien se conoce a sí mismo, quien es dueño de su vida, quien posee voluntad propia, independiente, puede decir con propiedad “YO”. Los demás somos una amalgama de sensaciones, creencias y temores atrapados en eso que llamamos vida en sociedad y en la que vemos y proyectamos nuestros fantasmas interiores. Somos una multitud de entes en lucha interna y lo que queremos es poner en orden esos entes y cambiar. Cambiar porque cambiando ordenamos, priorizamos, esperamos vivir mejor y también porque cambiamos el mundo. ¿Lo cambiamos realmente? Solo vemos el mundo que nos es afín y mejorando nosotros lo perfeccionamos. ¿Se puede? Sin lugar a dudas aunque no es fácil y no es cómodo. Hay una resistencia a salir de lo conocido, a tomar un riesgo y crear una rutina nueva.

Quizá el primer paso sea vencer la resistencia al cambio. Ese enemigo que llevamos dentro y que nos hace tener miedo a abandonar la zona de confort. Ese enemigo que nos lleva a tener dos vidas: la que tenemos y es visible, y la que podríamos tener y se queda dentro como sueños y no se convierte en real precisamente por la resistencia al cambio hasta que decidimos que el sueño se ha de convertir en nuestra realidad.

¿Pero cómo cambiar? Todos los libros de autoayuda coinciden en ello: teniendo claro que queremos cambiar y venciendo la resistencia. Fantástico... solo que no sirve para nada. Cuando estás en el pozo negro necesitas una mano que te guíe, no palabras. No voy a contaros las historias del caballo o de la rana en el pozo, todos sabemos que hay mucho de decisión propia para salir de él y algo de ayuda exterior. Cuando estás fuera, las palabras de ayuda son bonitas y de poco valor. El primer paso debe ser la reflexión, mejor si es programada y no dedicar ratos aislados que seguro se diluyen en el tiempo. Como decía Somerset Maugham “Escribo solo cuando la inspiración me llega. Afortunadamente llega cada mañana a las 9 en punto”. Es bueno recordar el proverbio judío que reza: "Si siembras una acción, cosecharás un hábito; si siembras un hábito cosecharás un carácter; si siembras un carácter cosecharás un destino." O dicho más simple, el hábito sí hace al monje si se actúa como tal de modo constante. 

Bien, pero ¿qué acción? Lo más importante es parar y reflexionar, darse cuenta de las muchas cosas que llevamos dentro y establecer en qué queremos cambiar. No hablo de un plan de cambio, sí de determinar un objetivo. Si no sabemos a donde vamos no llegaremos nunca. Por tanto el primer paso es la constancia en la reflexión. Parece absurdo, pero si programamos ir al gimnasio a las 7 ¿qué nos impide programar el pensar a las 9? 

Sabemos cuándo y cómo empezar, solo nos queda hacerlo; pero necesitaremos algo más. Soñar. Soñar que somos libres de cualquier atadura, de cualquier creencia anterior, de la sociedad, de nuestros hábitos e incluso de nuestros gustos. Soñar sin dejar de hacerlo, porque el sueño es lo que nos acerca a la realidad, es lo que la hace nacer. Lo difícil es soñar, porque una vez sabemos lo que soñamos es más fácil convertirlo en hechos.

El primer sueño, la primera realidad, es que todo depende de nosotros de nuestra actitud frente a lo que nos sucede. Todos conocéis la historia de la piedra esa que explica que el distraído tropieza con ella, que el violento la usa como proyectil, el cansado como asiento, que David la usó para derrotar a Goliat… y siempre es la actitud del hombre la que nos lleva a un final u otro con el mismo material. Lo mismo sucede con la vida. Según como reaccionemos nos irá y nos desarrollaremos. Pero es necesario parar y pensar. No dejar que nos dominen las emociones. Parar y reflexionar. Concluir. Razón y emoción. Solo así podremos avanzar.

No somos infalibles,  pero somos conscientes de las limitaciones de nuestra vida social y fabricamos nuestra vida soñada. Podemos diseñar el plan del cambio, la transformación del “yo”. Muy probablemente no lo podamos hacer solos, necesitaremos al grupo, al otro, a alguien que pueda activar en nosotros el resorte de la acción y nos sirva de sparring o de guía. Mucha gente no logra cambiar porque no vence la resistencia a luchar por conocerse y dar el paso del cambio. El camino de la auto-mejora cambia nuestro destino y el del mundo que nos rodea. El mundo es algo que nos ha sido descrito y que aceptamos, no algo inamovible. Cambiarlo, cambiando nosotros, está en nuestra mano; pero no banalicemos el esfuerzo, no es como cambiar el lavavajillas o el canal de televisión. No se hace con un clic. Requiere tiempo, esfuerzo, atención y constancia.

Lo que soñamos y creemos es tan real que parafraseando a Henry Ford tanto si pensamos que podemos como si pensamos que no podemos, estamos en lo cierto en ambos casos, pero solo uno nos sirve para mejorar.

La discusión fue larga, variada y muy amena. Tanto que se convino en tener una segunda sesión extraordinaria para seguir con el tema cuando se vio que realmente es nuestro estado de ánimo quien crea la realidad.





viernes, 27 de enero de 2017

No tuve suerte en la vida





No existe la mala suerte, sino falta de previsión o preparación.
(K, Anotaciones Dispersas)

Tiene sombra de manzanillo.
(Dicho popular cubano)

Sors est sua cuique ferenda.
(Manilio, Astronómica IV, v22)



La reunión del círculo este mes trataba el tema genérico "disculpas". El ponente le dió una vuelta de tuerca al tema y lo convirtió en disculpas ante la vida. Ésta fue su provocadora introducción al tema. 

Mucha gente, me atrevería a decir que todos nosotros, culpa a terceros o a hechos que no tienen nada que ver cuando no logra algo. Desde excusas fáciles como "llovía y no pude ir" a otras más serias como "no tuve suerte en la vida". De este caso os quiero hablar hoy. Más de una vez hemos oído todos a algún amigo o conocido que no ha tenido suerte en la vida y que por ello está donde está en lugar de donde él cree que debiera. Yo os pregunto si es así, si es la suerte que nos gobierna ¿o si somos nosotros quienes no estamos a la altura? Dejadme que os cuente una anécdota real de empresa:

"Pepe" me pidió un aumento de sueldo arguyendo que hacía mucho tiempo que no se le subía y que llevaba muchos años en el puesto. Ya sabéis que no considero que llevar muchos años en el puesto sea motivo de aumento de salario ya que lo habitual es apoltronarse y no hacer mejor las cosas sino menos y más pontificalmente. Se cobra por un trabajo bien hecho, no por los años que se lleva en el cargo. Le pedí que preguntara en el hotel de al lado el precio y disponibilidad de una sala de reuniones para la próxima convención de ventas. Fue y me dio el parte: Tienen una sala disponible, el coste es en función de lo que queramos (proyector, música, aperitivos, café y aguas) y hay que pasar a hablar con ellos para determinar lo que queremos exactamente. La verdad es que "Pepe" no aprovechó la oportunidad para demostrarme lo que valía. Se quejó de tener que haber hablado con tres personas antes de saber si la sala estaba libre o no y de no darle la información telefónicamente. Me recordó a las carretas vacías: siempre hacen más ruido que las llenas. "Pepe" se había quejado de que "José" que llevaba menos tiempo que él hubiera ascendido. Ambos hacían el mismo trabajo ... aparentemente. La verdad es que solemos juzgar sin saber bien de lo que hablamos, es humano pero no justo. "Pepe" es de los que dicen que la vida no le ha tratado bien, que no ha tenido suerte. En este caso la mala suerte era tenerme como Jefe.

¿Qué hice? Llamé a "José" y le pedí lo mismo. No tardó mucho en volver con su informe: el hotel disponía de tres salas, una de ellas divisible en dos por si se necesitaba trabajar por grupos o había más gente de lo previsto, también se podían montar unas mesas con café y pastas y lo necesario. Traía el coste de todo incluido el proyector, los ordenadores, música y precio de dos habitaciones por si eran necesarias para que la gente se cambiara en algún momento ... 

No sigo, creo habéis entendido el mensaje. Un mismo problema y dos soluciones diferentes. Somos nosotros quienes con nuestra reacción labramos la suerte. No es la suerte que viene a torcernos el destino. Sólo nosotros decidimos el camino que queremos seguir. La culpa y el éxito están en nosotros. Todos somos iguales pero nuestra reacción ante la adversidad no. El puré se descompone en agua hirviendo, el huevo se vuelve duro. El problema es el mismo, la reacción nos muestra como somos o queremos ser. En nuestra mano ser puré o huevo. 

Pocas personas hay que no tomen la verdad como injuria y "Pepe" creyó que "José" tenía razón, pero que si a él le hubiera aclarado que ... Excusas. Cuanto más se quería defender más se liaba. La verdad desnuda es un ácido corrosivo que suele salpicar a quien la maneja a su antojo y "Pepe" solo veía su verdad. La vida nos trata por igual si buscamos soluciones a los problemas y si nos esforzamos en dar lo mejor de nosotros. Para quienes no asumen sus errores o su falta de espíritu la culpa siempre es de otro o de la mala suerte. Hay que saber juzgar el pasado con perspectiva honesta y no escudarse en razones de auto-complacencia. La suerte existe y ayuda, sí, pero mucho menos de lo que solemos creer aunque ya sabéis que la verdad completa no es de este mundo, si me permite Carolina Ivanowska parafrasearla. 

Acabada la ponencia se discutió mucho acerca de la suerte y del reconocimiento en las empresas. También en la vida, pero se reconoció que la verdad es que tenemos que decidir entre ser hombres puré u hombres huevo. El resto viene en función de lo que elijamos.