miércoles, 24 de febrero de 2016

Ocasiones perdidas






Si no fuera por el si no fuera, fuera tiempo que millonario fuera.
Wenn das Wörtchen wenn nicht wär', wär' ich längst Millionär.
Si no fos pel si no fos, fora temps que mil.lionari fos.

(Del refranero popular)

We will meet again my friend, / A hundred years from today / Far away from where we lived
And where we used to play.
We will know each others' eyes / And wonder where we met / Your laugh will sound familiar
Your heart, I won't forget.
We will meet, I'm sure of this, / But let's not wait till then... / Let's take a walk beneath the stars
And share this world again.
(Ron Atchison)


La reunión del círculo tuvo un par de pequeñas anécdotas previas. A pesar de que siempre se celebra en el mismo sitio esta vez tuvimos que cambiar la fecha por indisponibilidad del local. Unos arreglos necesarios nos llevaros a un cambio de día y a reencontrar a una antigua amistad con la que compartimos mesa, sesión y recuerdos. Naturalmente, el tema esta vez tenía que versar sobre las ocasiones perdidas. Quiso el destino que este encuentro fuera con una mujer algo no muy habitual por cuanto somos más numerosos los hombres. Aportó un punto de vista diferente: el femenino, posiblemente más cercano al espíritu y al recuerdo. 

-- Me alegra estar aquí, permitidme un brindis inicial para los que reencuentro y también para los que aún no conozco. Soy Tarsi, nombre que parece extraño pero que no lo es tanto. Se lo debo a mi abuela, empeñada en que el santo del día es el que impone el nombre. Yo nací el 15 de Enero: Santa Tarsicia. Como Tarsi es más llevable en eso se quedó. Al principio sufrí con el nombre de mi patrona, luego lo tomé como una oportunidad, como un reto para demostrar que se puede tener un nombre inusual, proclive a las burlas y sin embargo progresar y ser algo más que una mujer con un nombre raro.

Muchas veces he pensado en que de no haber reaccionado a tiempo, habría perdido la ocasión de aprender, vivir, disfrutar y también sufrir. Hubiera sido quizá una persona amargada, rencorosa y enfadada con la vida. El pensamiento de las ocasiones perdidas, del ¿y si hubiera? ¿y si hubiese hecho? nos lleva a imaginar escenas oníricas llenas de posibilidades... irreales. Si miramos atrás creemos haber dejado pasar oportunidades de todo tipo y muchas veces lo vemos como errores. No hay manual de como actuar y vivir la vida, pero mirar atrás no aporta la solución ni la certidumbre de una realidad posible. Podríamos hacer un catálogo de ocasiones, oportunidades perdidas y añorar haber tomado o no ciertas decisiones; pero no es que no conduzca a nada es, que es irreal. En esos momentos que ahora ponderamos si hicimos bien o no teníamos un entorno y una experiencia. Cuando miramos atrás tenemos otra experiencia y muchas veces otro entorno. No tenemos la misma capacidad de juzgar y de haber seguido el otro camino, de haber tomado aquella otra decisión ... tampoco estaríamos en una misma realidad, estaríamos en uno de los infinitos mundos paralelos posibles en los que aquello que hemos hecho aparece como una oportunidad perdida. 

No importa como sea nuestro carácter, débil, temeroso o valiente. Sí, veremos el futuro como inalcanzable, desconocido o incluso una oportunidad y cuando miremos atrás nos recriminaremos el no haber hecho, dicho, ... pero salvo que sean palabras o actos a alguien que ya ha muerto y sea para descargar un pesar el resto es recomponible. Dicen que no hay segunda oportunidad para causar una buena impresión y también eso se puede arreglar si no nos acobardamos y creemos que hemos dejado pasar la ocasión. La razón es que mirar al pasado y preguntarse que hubiera sucedido si ... es como mirar un cuadro. La mitad de lo que es posible está en el observador y su perspectiva exterior y la otra mitad en el mismo cuadro, en la escena que invita o no a pensar en que sucede después del instante congelado. Si miramos muchas veces el cuadro observaremos  y detalles que nos cambian la idea de lo que vemos. Lo mismo pasa en la vida, la situació, la ocasión, es la misma y ajena a nuestros pensamientos actuales pues solo la experiencia acumulada y la situación personal en el mismo instante de la observación es lo que nos hace pensar que la escena sigue de un modo u otro.

Las ocasiones no se pierden, se pueden recuperar, quizá no igual pero tampoco peor. El universo de las realidades paralelas parece existir y comunicarse entre sí: son las ocasiones que solemos llamar "el destino"  porque hay casualidades muy especiales como la de pensar en que algo suceda y que efectivamente pase, sea encontrar a alguien del pasado, desear una situación o cualquier otro hecho. Muchas veces pensar en el si no hubiera sido por nos hace ver que hemos avanzado en algo inesperado, que hemos descubierto algo en nosotros o en nuestro entorno que de otro modo no hubiéramos podido ver. Por tanto esas ocasiones u oportunidades perdidas son también positivas ya que nos han hecho avanzar con determinación por un camino que en su momento fue parte de una duda como el otro. Y aquí no ha casualidades, no existen. No hay más que ver que la gente atribuye a la casualidad sus desgracias pero no sus logros, así que o todos moros o todos cristianos y las casualidades no existen. 

En definitiva, mirar atrás y pensar qué podría haber pasado si ... no es real pero se puede recuperar la ocasión si de verdad queremos, en lo más profundo de nosotros y además adquirir una experiencia que de otro modo no hubiéramos tenido. 

Fue una introducción que dio mucho juego por cuanto todos teníamos una duda sobre lo que hubiera pasado "si no fuera por ..." Lo que no dejamos pasar fue la ocasión de degustar una vez más la cena con la ansiada compañía que creíamos haber perdido de vista en alguno de los cruces que el destino nos propone.








1 comentario:

  1. "No hay manual de como actuar y vivir la vida, pero mirar atrás no aporta la solución ni la certidumbre de una realidad posible".

    Me parece una gran verdad. Lamentarse por lo que pudo ser no sirve de nada.

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