domingo, 11 de diciembre de 2016

Yissakar: En defensa propia




Yissakar: Nombre hebreo derivado de la raíz skr = comprar, obtener; significado: obtenido en recompensa. Puede estar formado también por los sustantivos is=hombre y skr=salario. Significado en este caso: Hombre de salario, de sueldo.
(M.L. Heitzmann Pérez, Nombres bíblicos en el santoral católico)

30 monedas de plata se pagaban por matar accidentalmente a un esclavo. Una nimiedad. Por ese precio solo se traiciona por odio extremo o por amor.
(Ibrahim S. Lerak, Cuaderno de Notas)

La historia no juzga: condena o ensalza en función de los libros que sobreviven.
(K, Anotaciones dispersas)

En la reunión del club de narizones el orador fue un joven teólogo revolucionario que nos provocó ya con el título de su ponencia: "Judas, testigo de descargo". Fue una ponencia larga con pasajes muy provocadores y adogmáticos que nos sorprendió por el contenido y por la vehemencia con la que habló. Este secretario ha optado por reproducir parte de la conferencia ya que al intervenir en ella no toda se pudo anotar correctamente.

-- Estamos en época de alegría religiosa. Pronto celebraremos el nacimiento de Jesús o Jesucristo como queramos llamarle. Todo es alegría como todo es llanto cuando se conmemora SU muerte. Me toca las narices que en nuestra época racionalista no seamos capaces aún de ver más allá de nuestras narices y entender que la historia miente. O, incluso peor, que no modifiquemos los libros y mantengamos los errores en ellos. 

Hace ya 40 años salió a la luz el llamado Evangelio de Judas, un texto gnóstico de los cainitas del s.II; en él se valora positivamente a Judas Iscariote, que en los cuatro evangelios canónicos es considerado como traidor a Jesús. Según este evangelio gnóstico, Iscariote, el discípulo favorito, entregó a Jesús a las autoridades en cumplimiento de un plan previsto por el propio Jesús. No voy a reproduciros las 26 páginas del Evangelio pero sí tomaré la posición de Yissakar, el probable nombre real de Judas, ya que al ser el único apóstol de Judá es más probable que Judas signifique "el judeo" en oposición a los demás "galileos".

Llamado a defender él su posición en el juicio que hace la historia de sus acciones esto es lo que diría en su descargo: 

Se me juzga a priori como traidor, como deicida incluso, como si se pudiera matar a un Dios. ¿Desde cuando los dioses mueren si son verdaderos? Millones me maldicen y no saben. Condenan y no conocen. Saben mi nombre pero no mi historia. Han oído lo que he hecho, pero no por lo que he pasado. Saben donde estuve, pero ignoran las razones y ni saben de dónde vengo. Me llaman traidor y ladrón, pero no saben lo que he sufrido. Han oído de mi muerte, pero no saben la razón. Solo suponen. Saber mi nombre y mis actos no significa conocerme. ¡Que dejen de juzgarme!

Durante más de dos años he estado con Él, con quien todos apodan "Maestro". Tengo una buena educación, he renunciado a una buena familia, a una buena posición. No soy alguien que necesite creer para salir de la miseria. Me han llamado ladrón. ¿Puede ser un ladrón el tesorero? ¿No le vigilan los demás? ¿Lo elegiría Jesús que conoce el alma de cada uno? Absurdo. Se calumnia a posteriori, cuando no se puede verificar, solo para dar fuerza a argumentos que no se sostienen. Mateo podría haber sido tesorero, pero me eligieron todos ellos a mi. Salir de una posición buena para ir con el Maestro casi 3 años no es una inversión y, desde luego, no da fama ni dinero. Pensad solo en la vida de los apóstoles durante ese tiempo ¿era lujosa? ¡Tonterías!

Otros dicen que yo quería gloria. Ser ministro del nuevo reino. Que me decepcioné cuando vi que el Maestro no iba a mostrar su poder ni su gloria en el nuevo reinado. Que por ello me ahorqué. La gente no piensa, solo busca argumentos que parezcan creíbles sin entrar en detalles. De haber delatado a Jesús por decepción, por no mostrar su grandeza ¿me hubiera suicidado yo antes de que le ejecutaran? ¿Cómo iba yo a saber el momento en el que ÉL iba a probar su divinidad? Si de verdad yo hubiera esperado que se mostrara como un Dios hubiera esperado hasta el final. Si lo que quería era poder ¿para qué colgarme antes de ver que no había nada que esperar? Incluso después de su muerte podía esperar el milagro. La desesperación que nos lleva a la muerte solo se produce cuando todo lo demás ha fracasado. Y yo no le vi morir.

No voy a exculparme por lo que hice. Podría decir que Él ya sabía todo lo que iba a pasar en esa semana. Él se guiaba por las profecías. Todo estaba escrito. Entonces ... ¿era ese mi destino? ¿sin libre albedrío? ¿Tenía yo la necesidad de vender al Maestro por 30 miserables monedas? ¿No disponía yo de las donaciones y dinero de la comunidad? ¿Cómo Jesús que expulsó a demonios de otras personas no me expulsó a mi? Me ordenó claramente mis actos: Lo que tienes que hacer hazlo ya me dijo. Si, cobré 30 siclos de plata, el valor de un traje bien hecho. Dejadme que os diga, si era odio lo que me movía... ¿me hubiera ahorcado? ¿No habría esperado y mirado feliz lo que le sucedía? Y si era dinero... ¿solo por un precio ridículo? La gente no se para en los detalles, con una idea les basta para defender una posición. Pensar cuesta esfuerzo, creer es sencillo y libera de responsabilidades. La vida solo es un 10% lo que sucede y un 90% como reaccionamos.

Las gentes dicen que le besé para señalarle. ¿De verdad era necesario? ¿No le conocía la gente? Jesús fue recibido de manera apoteósica apenas cinco días antes. Era conocido por todos, había predicado en el templo a la vista del pueblo y de los sacerdotes. Le besé en la mejilla porque éramos amigos. Los discípulos besan en la mano, los amigos en la mejilla y los amantes en los labios. Habíamos hablado durante toda le cena, la "Última Cena" y en ella finalizamos el plan que urdimos los dos. Nadie se dio cuenta. Eran pescadores, gente sin nivel salvo algunos. Carne de ilusiones en aquella época. ¿Os extraña? Un plan, si. Él no paraba de citar las profecías, de ajustarse a todo para ser el Mesías. Un iluminado. Bendito iluminado que arrastró masas con un discurso de esperanza. Él se creyó su papel. En su paranoia era ante si mismo el Mesías. El Ungido. Le gustaba el papel. Lo vivía en cada momento. Yo le preparé algunos de los trucos. ¿Multiplicación de panes y peces? Yo los había comprado. Cura de ciegos, Lázaro... ¿alguien cree que Lázaro resucitó vendado y cubierta la cara dando saltitos? ¡Por favor! estaba vivo. YO le convencí. Algunos milagros necesitan un empujón aunque el mago no lo sepa.

Yo creí en su mundo nuevo. En la nueva oportunidad. No en la gloria terrestre, creí en la Gloria en la nueva justicia, en el cambio de la ley mosaica. Creí en Él, ciegamente. Deseé ardientemente que fuera cierta la redención del hombre. No el reino terrenal. Creí en la Justicia con mayúscula. En la nueva ley que daba esperanza a los olvidados y a los marginados. Por eso tuve que venderle y hacer de él un mártir. Porque creí en su palabra. Fue en la cena cuando me di cuenta de verdad que Él no creía en nada. Solo era un iluminado que se movía en función de las escrituras para ser el elegido. Pero era un pobre hombre trastocado por su papel. Nada estaba en el guión. Ni el mismo creyó lo que decía. ¿Era un desdoblamiento de personalidad? No lo sé ni lo sabré. Pero el engaño era tan perfecto que las masas necesitaban creer a toda costa. Si no pasaba nada no aguantarían y todo se derrumbaría. Para que el pueblo no perdiera la esperanza, para que las masas pudieran creer en una vida mejor en la que ni siquiera Él creyó. Para que hubiera un motivo por el que luchar; por eso hice mi papel, por eso actué conforme a mi destino.

Devolví el dinero. Yo no lo necesitaba. Propicié la detención de un inocente, de un iluminado que no era más que un encantador de serpientes y así lo dije "he entregado sangre inocente". Era mi verdad. Mi legado. Las escrituras no se han puesto de acuerdo y se contradicen sobre mi muerte. Ahorcado, reventado. A saber que teorías explican mi muerte. Es lógico que la historia me haga pagar lo que ve como un pecado. Mi muerte es necesaria para que la historia acabe bien. Pero no es así. Es cierto que me ahorqué, pero no por remordimiento. Tampoco por haber fracasado en un plan. Me ahorqué porque no había futuro y solo si se cumplían las profecías había una posibilidad de que los seguidores ignoraran la realidad y vieran solo lo que querían ver. Era necesario un mártir, aunque el mártir fuera un pobre diablo que se creyó un iluminado. La humanidad necesitaba creer y solo yo sabía que detrás del humo no había nada.


La ponencia fue muy controvertida; abrió una gran cantidad de posibilidades y la discusión duró más de lo habitual. La religión sea cual fuere tiene siempre lagunas que queremos llenar de certezas aunque eso sea imposible. 

lunes, 5 de diciembre de 2016

Ser ético hace feliz





ética
Conjunto de costumbres y normas que dirigen o valoran el comportamiento humano en una comunidad.

(DRAE)

moral
Perteneciente o relativo a las acciones de las personas, desde el punto devista de su obrar en relación con el bien o el mal y en función de su vida individual y, sobre todo, colectiva.

(DRAE)

Moral es el conjunto de comportamientos y normas que solemos aceptar como válidos; ética es la reflexión sobre por qué los consideramos válidos y la comparación con otras morales que tienen personas diferentes.
(Fernando Savater)



Me mandó llamar S.M. a media noche. Le preocupaba que su pueblo no supiera ser feliz. Quiso la casualidad que yo no durmiera aún y fui a verle.

-- Albardán, ¿qué puedo hacer para que mi pueblo sea feliz? 

-- Majestad, ardua y complicada pregunta. Permitidme, pues, una aproximación simple y quizás facilona pero operativa. Cuando a alguien le preguntan lo que espera de la vida, una de las respuestas más comunes es “ser feliz”. Para muchos la felicidad se basa claramente en algo material, en tener éxito que nos da comida, poder y riqueza. Somos todavía unos bárbaros, cuando celebramos algo; una fiesta, un cumpleaños lo celebramos con comida y bebida, mostrando nuestro poder y riqueza. Nadie lo celebra invitando a una sesión de teatro o a una conferencia de filosofía ni a una visita al museo. Lo celebramos mostrando que tenemos vida y riqueza. 

Sin embargo no todos los ricos y poderosos son felices; de hecho lo que vemos es lo contrario: viven en una especie de paranoia y nerviosismo por temor a perder ese estado de riqueza. Cuando además se ha ganado a base de codazos, ser listo y aprovechar oportunidades más que por haber creado algo suele haber enemigos que “nos la tienen jurada”. En este estado no parece que realmente se pueda ser feliz. Quizá enmascaramos la parte negativa y enseñamos la positiva, pero ¿es realmente esto una vida feliz? 

Una vida feliz suena más a tener amigos de verdad, no interesados, gente que apreciamos y nos aprecian de verdad. Dicho de otro modo lo que nos hace feliz es básicamente el apoyo emocional. El hombre es un ser social, primero por necesidad total dada la indefensión con la que nacemos, luego para poder avanzar en la vida material y emocionalmente, y cuando ya tenemos una cierta edad por necesidad emocional. La soledad y el ostracismo son dos de las peores condenas que podemos imaginar. Si, también la soledad ya que aunque muchas veces se pretenda querida, deseada, escogida, no deja de ser una protección, una coraza y vivir con armadura constantemente no es ser feliz. Nadie existe desconectado de todos los demás. Tampoco podemos ser pasotas, una actitud de “da igual” solo conduce a sentimientos de aislamiento, soledad y depresión. 

Si no es cierto que el dinero da la felicidad (aunque sea su mejor sustituto) es el sentirse querido, apreciado, aceptado y tenido en cuenta lo que de verdad nos hacer creer que somos, que existimos y por tanto nos da la base de la felicidad. La pregunta entonces es ¿qué tenemos que hacer para conseguir esto, ser queridos, aceptados, valorados? y aquí es donde aparece la ética. Si la meta de nuestra vida es la felicidad, entonces la ética, que es un sistema de valores morales que moldea nuestra conducta, nos dará una vida más feliz. Con la ética somos honestos y nunca tratamos de engañar a nadie. La honestidad produce confianza y la confianza es la base de la amistad y del ser querido y aceptado. Así pues, la ética es la llave de la felicidad

Ser éticos nos permite tener relaciones de afecto real con todos aquellos que conocemos. La ética nos ayuda a obtener felicidad y a evitar problemas. Si somos honestos con nosotros mismos y con los demás, si deseamos generar felicidad y no causar problemas o daño, los demás confiarán en que no les engañaremos, ni abusaremos de ellos, ni los usaremos para nuestros propios objetivos egoístas. La confianza es el cimiento del afecto y se sienten contentos de estar con nosotros, sabiendo que no tienen nada que temer. A su vez, nosotros nos sentimos más felices. ¿A quién le gustaría que los demás estén a la defensiva o temblorosos de miedo cuando nos acercamos? Una vida ética trae consigo afecto, apoyo emocional y felicidad.

-- ¿Como conseguiremos que la gente sea ética?

-- Majestad, hoy queréis ponerme a prueba. Tomamos decisiones inteligentes acerca de cómo comportarnos porque nos preocupamos por nosotros mismos y por lo que experimentamos en la vida, y porque nos importa el efecto que nuestra conducta tiene en los demás. Solo nos preocupamos por nosotros mismos cuando tenemos un sentido de autoestima. Queremos y merecemos ser felices. Una baja autoestima conduce a una actitud de “da igual” y de indiferencia moral, mientras que lo contrario nos lleva a la dignidad personal. Con dignidad podemos ser éticos. Si sentimos respeto por los demás, nos refrenamos de actuar en formas destructivas hacia ellos. Causamos un daño intencional a los demás cuando carecemos de respeto por su derecho a la felicidad. No nos importa lo que les suceda o lo que sientan. Y ni siquiera consideramos de qué manera nuestro comportamiento se refleja en aquellos que la gente asocia con nosotros (nuestra familia, nuestro grupo social, religioso o étnico). Pero las personas sí nos asocian con esos grupos a los que pertenecemos. Si podemos ayudar a otros tenemos que hacerlo; si no podemos, entonces al menos evitemos lastimarles. Esa es la esencia. Una vida ética contiene un sentido de responsabilidad global. El interés de nuestro vecino es nuestro propio interés. Tenemos la capacidad de prever consecuencias a largo plazo y si no tenemos una razón propia para actuar así, tenemos el temor de que actuar en contra de los demás puede tener consecuencias negativas e incluso legales. Hay que recordarnos que en realidad nuestra supervivencia y bienestar dependen de  toda la sociedad. Esto se ve hasta en los babuinos: el más viejo toma la responsabilidad completa del resto de la manada. Mientras los demás se están alimentando, uno de los machos viejos siempre está a un lado, haciendo guardia. El más fuerte ayuda a cuidar al resto del grupo por el bien de la sociedad. En términos de efectividad, pensar en los otros es más poderoso. La base primaria es pensar en nuestro propio interés y, por esta razón, evitamos causar daño. 

En tiempos prehistóricos, los seres humanos no teníamos educación ni tecnología. La sociedad humana básica era muy simple: todos trabajaban juntos y compartían lo que tenían. Los comunistas dicen que esto era el comunismo original: todos trabajando y disfrutando juntos. Después, con el tiempo, se desarrolló la educación y la civilización. Esto trajo consigo envidia y odio. Hoy en día, en el siglo veintiuno, han cambiado las cosas. Las diferencias han evolucionado: diferencias en educación, tipo de trabajo y antecedentes sociales. Pero incluso, las diferencias en edad y raza son secundarias. Todos somos seres humanos y todos somos iguales. La actitud de los niños es así. A ellos no les importan los antecedentes sociales, la religión, la raza, el color, o la posición económica de otros niños. Todos juegan juntos; son auténticos compañeros de juego, en la medida en la que son capaces de ser amigables unos con otros. Se supone que los adultos somos más inteligentes y más desarrollados, pero juzgamos los antecedentes sociales de otros. Calculamos fríamente: “Si sonrío, obtendré lo que quiero. ¿Perderé algo si frunzo el ceño?” El sentido de responsabilidad global funciona a un nivel general. Nos tenemos que preocupar por los demás porque somos uno de ellos. Nuestro bienestar depende de ellos, sin importar las diferencias que existan. La nueva realidad necesita un sentido de responsabilidad global. Y para ello necesitamos desarrollar un sincero interés por los demás. 

-- ¿Cómo?

-- Educando, Majestad. Educando. En el bien común, en la unidad en la diversidad que es lo que nos acerca al fin buscado, la felicidad. El recto proceder incluye a los demás, el velar por ellos. Implicarnos y no dejar pasar. Actuar y no solo ver.

Debí cansar a S.M. porque ya no preguntó más y yo me retiré sin saber si había contestado a su pregunta o simplemente le canté una nana. El tiempo lo dirá.