martes, 15 de octubre de 2013

Memento gloria: Ego Sum







The valiant Bakary Dian has retired in his village, Dongorongo, and the people come to beg him to return to the head of the Segou army. He gives way finally when they touch the sensitive chord of pride and glory: Forget old words exchanged. It is your present name you must think of. For one comes into the world to make a name. If you are born, grow up and die without a name, you have come into the world for nothing, and you have left it for nothing.
(tradición oral , batalla de los Segou contra los Foulani de Kournari)


Ego sum abbas cucaniensis et consilium meum est cum bibulis.
(Carmina Burana, Carl Orff)


Las cenas del círculo son momentos de regocijo y doble disfrute: gastronómico por la cena e intelectual por los debates que se plantean cada vez. En ellas el memento vivere (acuérdate de vivir) tiene su máxima expresión en oposición al memento mori (recuerda que morirás); frase de origen sabino, pronunciada por un siervo cuando el victorioso general desfilaba por Roma en triunfo para impedir que incurriera en la soberbia de alzarse contra el poder romano. Quizá la frase no fuera así exactamente y se asemejara más a Respice post te! Hominem te esse memento (Mira detrás de ti, recuerda que eres un hombre (y no un Dios). En cualquier caso las cenas son siempre un momento de felicidad y uno cree estar en la gloria en más de un memento. 

Precisamente de los momentos de gloria se trató en la reunión del círculo al mencionar uno de nosotros el problema que puede crear la televisión actual y promocionar la falta de valores al sustituirlos por efímeros momentos de fama. La confusión de la fama con el valor de la persona ocasiona problemas en la definición de valores ya que los aquilatados no siempre van de la mano de la fama. El problema según Santiago, catedrático retirado y hoy pintor de cierto renombre, viene de la educación; en realidad de la propia concepción que tenemos de nuestra vida. 

Planteaba Santiago que estamos presos entre dos eternidades o dos lejanos puntos de ruptura desconocidos -el pasado y el futuro- y que entre ambos buscamos una dirección y un sentido. Es cierto que heredamos el conocimiento que dan la ciencia y las artes, hasta nos pavoneamos de ellos; pero la realidad es que no contestan a nada, seguimos buscando. El hombre es un animal preguntón insatisfecho siempre, tanto que estadísticamente hay un 7% que está en contra sin importar cual sea la pregunta o la opinión expresada. En nuestro entorno occidental se cambió radicalmente la pregunta del porqué al cómo, dejamos de buscar el propósito o el fin y lo abandonamos en favor de la búsqueda de las causas, algo que era más fácil y más evidente para unir a la gente. De la búsqueda del significado se ha pasado a encontrar el significado en la propia búsqueda y esto reabre algunos problemas ocultos.

Dominado el entorno inmediato, aclarado el como funcionan las cosas hasta el punto de que la propia mente humana se reduce a verse como una máquina que reacciona a estímulos eléctricos o químicos, la presión por no ser un engranaje, un elemento más en una cadena desconocida nos obliga a buscar un espacio propio y así justificar que existimos. Se es feliz cuando uno tiene la sensación (o la creencia) de que puede intervenir en la propia vida. Es necesario SER. Poco importa que, pero no todos tienen las mismas oportunidades para destacar y hay que inventarlas. 

Hacemos de lo más nimio un triunfo personal tanto si es mérito nuestro como si no lo es y en este caso nos adscribimos a él. Somos los padres del gran alumno, es mérito directo, es NUESTRO mérito el haberle inculcado los valores del estudio. Somos los parientes de.... o incluso solo los seguidores de .... y esto es lo que nos da la justificación porque al presentarlo son los demás quienes comparten NUESTRA opinión o modo de hacer. 

Ya no son los valores propios los que cuentan, solo vale el momento en el que destacamos. Se endiosa uno en ciertos puestos de mando, se pierde la cabeza en los medios de comunicación o simplemente se lleva a un extremo exagerado el seguimiento a un grupo sea deportivo, de opinión o musical.

Necesitamos tan desesperadamente SER que ni el qué, ni el porqué ni el como importan. Hemos cambiado la práctica de los valores básicos que deberían dar el realce y sentido de la existencia por los momentos ficticios en los que a falta de otra cosa SOMOS, algo que nos sirve para recrearnos en ello por muchos años aunque carezca de valor en si mismo. Pero con ello hemos dado sentido a una existencia sin tener que buscar más: ya está todo dominado, hemos acabado la búsqueda del como y el vacío hay que llenarlo.

Nos dejó Santiago ensombrecidos y con pocos argumentos para ir en su contra, así que dimos buena cuenta del postre antes de embarcarnos en la definición de los valores a recuperar, puesto que admitimos todos que sin valores la sociedad solo puede ir a la deriva hasta que por vía de la fuerza se impongan los nuevos, salvo que se reformule la educación de modo inmediato y aún así los efectos solo se verán en una próxima generación.

Recuerda el albardán la cáfila de sociedades de todo tipo caídas por solo mirarse el ombligo sin darse cuenta de que el entorno cambia y el modelo se ha agotado y confía en que la revolución ocurra pronto o el ego sum abbas cucaniensis disgregará cualquier unidad dejando el memento vivere en un simple memento gloria ...efímera.

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