lunes, 11 de agosto de 2014

Vacaciones: La cojera vital / Holidays: The vital lameness


La felicidad cuesta de encontrar dentro de nosotros, pero sin ella es imposible encontrarla en los demás.  (Atribuido a Sakiamuni). 

Sawubona! Sikkhona! 
(Saludo zulú).        


¡Cómo no!, en Agosto no hay reuniones del círculo. Todos estamos, o al menos queremos estar de vacaciones. Unos más, otros menos y por ello la reunión del círculo tuvo lugar casi a finales de Julio. En esta ocasión el tema obligado eran las vacaciones. Era lo más cercano, lo más deseado y lo que más prometía. Viajes, descubrimientos, pesca, relax, aventura o simplemente descanso. Ocio programado para un tiempo de felicidad propia y con los propios. Así que nuestro filósofo preferido cambió su tema y nos hizo reflexionar sobre nosotros mismos. Filosofía para mocosos nos anunció cuando aceptó preparar la charla-excusa, esa excusa para una reunión de amistad, de reflexión y muy gastronómica.

Cuando se levantó, nos miró a todos detenidamente; nos preguntó por las vacaciones: Siempre van bien las vacaciones y os gusta programarlas con detalle ¿verdad? Parece que programarlas aumenta el gusto de poder escapar de la rutina. En la breve pausa que hizo sonreímos y asentimos, ¡claro que se disfruta con ello! Pero no esperábamos la continuación: ¿Y si en lugar de programar las vacaciones para huir de la vida, programáramos la vida para no tener que escapar de ella y no andar cojos todo el tiempo?

Sí, muchos vamos cojos por la vida. No nos orientamos ni sabemos adónde vamos; a duras penas sabemos quienes somos y lo que queremos. Antes la orientación vital la marcaba la religión, ahora lo hace la política que es algo más cercana en el tiempo y, como la religión no da resultados visibles y solo consuelo ante una vida infeliz, parece que la política puede combatir mejor la desigualdad. Claro que la política combate la desigualdad por medio de la guerra sea de ideas, sea de armas. Y si combatimos la desigualdad resulta que estamos ante una uniformidad o al menos ante una mayoría con un pensamiento uniforme y entramos de lleno en la dictadura de la opinión general. Sutil, sin tortura pero igualmente eficiente. Sin embargo aunque todos opinen igual no por eso poseen la verdad. La filosofía está para eso, para buscar la verdad; al menos en teoría; es una religión racional que va con la ciencia.

Lo malo es que no hay en realidad filósofos y si los hay.... no se nota. Las ideas nacen sin saber donde, simplemente se propagan y en un determinado momento alguien con inquietudes afines las plasma y les da la forma. Lo que se ve luego es una teoría, una explicación de los efectos observados bajo una nueva luz que ha de estar acorde con el conocimiento de la ciencia en ese momento. Los filósofos profesionales (más de 12000 actualmente) aportan bien poco a la solución de la gran crisis cultural que vivimos; apenas proporcionan orientación vital ni proyectos novedosos ni contribuyen a la construcción de una cosmovisión actual. No nos orientan sobre como vivir o morir, no nos definen la buena vida. La destreza en el vivir es de interés común y el tema de la filosofía y ... no hay respuestas. 200 revistas de filosofía, 130 mil páginas al año ... todo son análisis del pasado. Nada nuevo y si lo hay, sin influencia en la sociedad. La filosofía contemporánea parece irrelevante para los problemas de nuestro tiempo.

Claro que antes de decidir adónde y por dónde queremos ir, necesitamos saber de alguna manera donde nos encontramos. Conocernos, dentro y fuera de nosotros mismos. Antes de elegir como vivir precisamos tener una cierta idea acerca de como es el mundo en el que estamos. La cosmovisión es el marco de referencia teórico para nuestras consideraciones prácticas. Si queremos vivir bien necesitamos un mapa correcto de la realidad. La sabiduría filosófica se basa en la lucidez y pasa por la búsqueda de la verdad y la construcción de una cosmovisión acorde con el conocimiento científico del momento. Por ello un filósofo ha de ser un devorador de conocimiento científico. No se pueden establecer teorías que contradigan lo probado.

Explicar el mundo es un modo simple para poderlo entender y para ello somos nosotros quienes hemos de dar el primer paso: pensar y responder al famoso Temet nosce o Gnothi Seauton, como lo queráis llamar; lo que está claro es que sin ello iremos siempre cojos por la vida. Más vale programar la vida que las vacaciones, creedme.

Nos dejó pensativos pero no sin ganas de probar el delicioso postre que nos habían preparado para esta ocasión festiva y de verano. Quizá el chef ya sabía de que iba la charla porque nos contó con pelos y señales los componentes de la delicia y la forma de su correcta preparación.  El postre no quedó cojo pero tuvo una corta vida. Otra cosa somos nosotros que nos quejamos por cosas cuyo origen está en que no pensamos lo suficiente. No deja de ser cierto que vale más preparar bien la vida que las vacaciones, pero eso requiere un esfuerzo continuado y no todos están dispuestos a realizarlo.

1 comentario:

  1. Debería enseñarse en clase de ética o de religión el como plantearse la vida.

    Me ha gustado lo de la cojera :)), es cierto deberían enseñarnos a caminar sobre el suelo y en la vida.

    Deberías publicitar el blog.

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