jueves, 22 de marzo de 2018

Endiosamiento


El endiosamiento me parece un lugar muy incómodo. 
(Alejandro Sanz)

Así pues, tengamos a los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. Una cosa es creer a Dios y otra cosa es creer en los hombres; a veces la iglesia invierte más tiempo en estar exaltando la imagen de un hombre que al mismo Dios.
(I Corintios 4: 1-2)

El poder nos ciega y nos hace creer omnipotentes; cuando llega el último día es demasiado tarde para rectificar.
(Ibrahim S. Lerak, Cuaderno de notas)


Me llamó S.M. y me invitó a un largo paseo por los jardines reales. Iba S.M. taciturno y al preguntarle que le preocupaba me dijo que temía perder el sentido del deber real y ver solo una parte de la situación. En su entorno todo eran parabienes y pocas veces había una voz discordante que se mantuviera en el tiempo como para ser tenida en cuenta. Me preguntó como le veía yo. S.M. me permite siempre expresar mi opinión franca como buen albardán y por tanto descarado.  

-- Majestad, Vespasiano fue un hombre austero, de modesto origen que se reía de los aduladores que le inventaban una noble genealogía. Sin intención de ser considerado un dios  el Senado Romano le deificó muy a su pesar. Los políticos no dejaban de lisonjearle y alabarle, a lo que él contestaba: Me parece que poco a poco voy dejando de ser un hombre y me convierto en deidad

Poco a poco se van convirtiendo en deidad quienes se alejan de la realidad, sea queriendo o sea por su oficio. Sin un contacto periódico con el pueblo o con los colaboradores de a pie no se puede decidir cuáles son sus preocupaciones, ni inferirlas de unas estadísticas que siempre tienen algo de partidistas y que no son realmente significativas por cuanto las preocupaciones también se ponen de moda. Los medios de comunicación son grandes maestros en informar y en desinformar; su veracidad siempre es a medias y depende del interés que haya detrás. Tanto los eremitas que a los ojos de la población se convierten en santos como los gobernantes de pueblos y empresas hablan de unas visiones alejadas de la realidad. 

A fuerza de ver solo el futuro y de querer el bien general se actúa en contra de lo que verdaderamente importa. De poco sirve hablar de montar una industria de satélites a un pueblo que aún va en burro y diligencia. Hay un doble problema: por un lado quien no opina igual se ve como enemigo personal y por el otro se pierde la capacidad de disentir. Por eso la renovación de consejeros ha de ser obligatoria. Un buen método para mantener lejos a los aduladores  es no asegurar a nadie una estabilidad "por los servicios prestados" más allá de la que tiene cualquier ciudadano trabajador. No se ve la pobreza igual comiendo langosta que migas de pan aunque sea  cinco veces al día, ni son los intereses y preocupaciones los mismos. Todos hablan por boca de ganso, unos por ignorancia y otros por falta de conocimiento. El gobernante y el dirigente pueden tener mil ideas buenas pero han de tener a alguien al lado que filtre las solo realizables. Si no existe esa figura quien manda solo ve sus ideas. Churchill fue un líder incontestable en la conducción de la guerra y de la diplomacia, pero en más de una ocasión demostró ser un estratega deplorable con planes improvisados y proyectos irrealizables. 

No hay nadie capaz de decir con certeza lo que es. Nadie sabe a qué ha venido a este mundo, a qué corresponden sus acciones, sus sentimientos, sus pensamientos, quienes son sus prójimos más cercanos y por tanto no puede pretender ser alguien mejor que los demás y estar por encima de ellos. Aún así, el tiempo prolongado que permite imponer la voluntad modifica la esencia y poco a poco se va dejando de ser hombre par ser deidad, como decía Vespasiano.

Majestad, quien no está en contacto directo con el pueblo es como aquél gigante del sueño de Nabucodonosor. Tiene la cabeza de oro, torso de plata, caderas de bronce y pies de barro. Tanto peso y diferencia acaba con la estructura. No se aguanta lo que no soporta la base por muy de oro que sea la cabeza o iluminado el torso que se alimenta del cerebro y lo retroalimenta. 

Se fue S.M. sonriendo y cuando S.M. sonríe de esa manera es que habrá una nueva ley. ¿Se autolimitará el reinado como ya hiciera antes el papa con el pontificado? El tiempo lo dirá, aunque puede que empiece por el torso de plata.
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2 comentarios:

  1. Todos nos creemos dioses, aunque no lo notemos. Nos afianzamos tanto en nuestra opinión que hacemos ley de ella y quien no comulga con nosotros... está equivocado.
    Lamentable, pero cierto.

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  2. Gracias por el apunte Antonio:))

    En cierto modo sí. tener que dudar de todas nuestras creencias a cada momento es imposible. Entre períodos de revision nos endiosamos seguro. El problema es la duración del "entre períodos de revisión". La revisión tiene una ventaja: te abres más a considerar otras opiniones en ese lapso de tiempo por lo que el endiosamiento es, posiblemente, menor.

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