jueves, 7 de noviembre de 2013

Fut uro .... y se extinguió




Normalmente en las reuniones del club de los narizones los nuevos miembros se presentan y hacen una breve exposición que, obviamente, toca un tema de narices. El tema es libre mientras mantenga una relación a lo que nos une. Los miembros del club no suelen ser gente joven ya que éstos tienen otros intereses y prioridades. Como en todo hay excepciones, el otro día Pablo inició su andadura con nosotros y expuso un tema que me pareció digno de reflexión. Para no desvirtuar lo que nos dijo, le pedí una copia  que  transmito íntegramente:

Hola, soy Pablo, estudio matemáticas en la universidad y estoy preocupado por mi futuro. Un futuro que me gustaría que fuera de narices pero que me huelo que no será tan agradable por lo que estoy viendo. He titulado mi intervención como "fut uro y se extinguió" jugando con que el futuro lleva en si en francés que el uro existió y que ahora ya solo es pasado remoto. Un paralelismo a como veo yo la situación. Las dos generaciones anteriores nos construyeron en teoría un buen futuro, lucharon por él pero se ha desvanecido o se está desvaneciendo a ojos vistas. Huele mal, realmente mal lo que tenemos delante los jóvenes.  Os lo digo aquí porque aún creo que entre todos podemos, podéis cambiarlo. Yo no tengo más poder que el análisis de la situación desde mi punto de vista, mi análisis, pero muchos de vosotros tenéis el poder de la ejecución. En realidad todos, con vuestras ideas, ejemplos y comentarios.  

En beneficio de una sociedad más opulenta, más rica en opciones, más segura y con el objetivo de tener todos nosotros un futuro más brillante y mejor nos habéis  encorsetado de tal modo que el único futuro real que tenemos es el de las narices remachadas, es decir electroencefalograma social plano. En matemáticas se aprende que este mundo y por extensión esta sociedad, no es más que uno de los posibles. Quizá solo sea mi larga nariz de perro perdiguero la que me lleve a creer que precisamente ésta es la sociedad que está en vías de extinción.

Cada vez estamos más condicionados en todo y más limitados. "Por vuestro bien, para que no sufráis inútilmente" nos decís. Fijaros en el mensaje de inmovilismo que tenemos metido en la educación: "todo lo que vale cuesta, nada es fácil". Un buen modo de desmotivar, de inculcar que no vale la pena intentarlo; un buen modo de infundir falta de confianza y que deja claro que ni se te ocurra intentarlo, estás condenado al fracaso. Y si por alguna razón lo intentamos y no conseguimos ser el héroe (o el monstruo) que vence, está ese: "no te fíes, te lo advertí" que nos mete el miedo en el cuerpo y nos tiene agarrados por las narices ante cualquier intento de movernos en una dirección que no es la establecida por alguien que ni se sabe quién es ni porqué ejerce las funciones de Gran Hermano y no de hermano mayor.

No te muevas, no lo intentes, no pienses, ya lo hago yo por ti nos dice la sociedad, déjate llevar por mi y todo irá bien. Todo irá bien mientras no te salgas del canon. Yo alimentaré tu cuerpo y tu mente; el cuerpo con fast food, la mente con comida rápida para el cerebro: las redes sociales y los programas de entretenimiento por ordenador y en TV, ninguno de ellos inocuo. Panem et circenses decían los romanos hace siglos, riqueza y algo de poder los chinos hace menos años. Con ello se olvida uno de que en realidad no se ve más allá de la nariz. Se nos da un conocimiento inmenso, observamos estrellas a millones de años luz solo para saber como fue el pasado. Estudiamos el cerebro, su funcionamiento como una máquina y como estimular ciertas funciones. El pasado no es más que una explicación de donde venimos o porqué estamos aquí. Manipular abiertamente la mente basándonos en una mejora médica es abrir la puerta a que nos dirijan a todos férreamente en una dirección. La publicidad nos sorprende pero nos predice, nos mueve y es solo un minúsculo grano de arena en la etología. Lo que tenemos delante no es el futuro soñado por las generaciones anteriores. Me da en la nariz que ése ya se desvaneció. Ahora ya solo tenemos delante la sociedad inmóvil, autoperpetuándose hasta la extinción.

Por eso tuerzo la nariz cuando me hablan del brillante porvenir que nos espera al ser la generación más preparada para afrontar y sortear las crisis económicas. Los avances en la aplicación de las ciencias sociales van a ayudarnos. Permitidme una carcajada, yo no creo en ello. Creo que sí hay un futuro, pero que va en otra dirección: hacia un cambio radical de modelo que pasa primero por modificar el balance socio-económico y político  y con el que también menguará la búsqueda del conocimiento material en beneficio de una mayor libertad de pensamiento y conciencia colectiva.

Si no explotamos ahora, con las narices hinchadas y llenas de mostaza, mi generación y las siguientes -las que ya asoman la nariz y son más guerreras que la mía por tener siempre a uno montado sobre la nariz de un modo u otro- caeremos rápidamente en la felicidad eterna al no darnos cuenta de que ni somos ni pensamos o bien en una revolución de cambio no programado ni previsto. Esa revolución que arrasa con todo como lo hace la supernova. Por mucho que sepamos de la evolución de las estrellas no nos servirá de nada y tendremos que empezar de cero.

Por esto os pido vuestra colaboración, para que entre todos evitéis, nos evitéis, un mundo sin olor y por tanto sin placer. Si limitamos el pensamiento y su expresión solo seremos robots. Ya no existirá el uro, lo que haya será otra especie.


Fue una reunión plagada de mil conversaciones y discusiones. Pablo  despertó algunas conciencias dormidas y muchos hablaron del valor de la educación y su reforma.


2 comentarios:

  1. Creo que es cierto. Vivimos en una sociedad anestesiada, a la que le cuesta salir del yo para llegar al nosotros.
    …Aunque discrepo a lo que se refiere a que decirles "todo lo que vale cuesta, nada es fácil". Creo que tienen que ser conscientes de ellos y aunque no sé si es un buen modo de motivar o desmotivar, es una forma de hacerles tocar de pies en el suelo, y de inculcarles que sí vale la pena intentarlo…Aunque en el fondo sepamos que no partimos todos de la misma línea de salida…Quien empieza desde una escala superior, con toda probabilidad llegará más allá.

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  2. Pablo ya no está aquí. Emigró y vive a caballo entre Canadá y Australia, dos tierras de promisión en oportunidades a quien quiera hacer y ser. Da clase en dos universidades y se doctoró con una tesis sobre "predictibilidad de la caída social".

    Cuando la sociedad se mira el ombligo se olvida de la nuca y es muy fácil desnucarse. ¿Preocupante?

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